Condenado a cuatro años de prisión un joven que violó a una mujer en Foz

La Voz VIVEIRO/ LA VOZ

FOZ

Imagen de archivo de la Audiencia Provincial de Lugo, donde el 8 de junio fue juzgado el ahora condenado
Imagen de archivo de la Audiencia Provincial de Lugo, donde el 8 de junio fue juzgado el ahora condenado OSCAR CELA

De 25 años de edad, también deberá indemnizar a la víctima con 5.000 euros

07 jul 2020 . Actualizado a las 23:20 h.

Por un delito de abuso sexual cometido en julio del año pasado, la Audiencia Provincial de Lugo ha condenado a cuatro años de cárcel a un joven de 25 años que violó a una mujer en el interior de su vehículo. Ambos se conocieron en un pub de Foz y, tras trasladarse al puerto, él comenzó a besarla y abusó de ella. Las manifestaciones de la víctima, según destaca el tribunal, «son plenamente creíbles» y han sido corroboradas por su hermano y una amiga, quienes declararon como testigos. La Audiencia subraya que «contrastan con las realizadas por el acusado, que se aprecian meramente exculpatorias».

Además de la pena de prisión, deberá indemnizar a la víctima con 5.000 euros por las «secuelas y daños morales», abonar todas las costas judiciales y durante cinco años no podrá acercársele a menos de 500 metros ni mantener ningún tipo de comunicación con ella.

La mujer «sufrió trastorno postraumático», para el que resultó «necesario tratamiento psicológico, siendo el tiempo de curación 180 días, resultándole secuelas derivadas del estrés postraumático de carácter leve», sostiene el tribunal.

La sentencia considera probados hechos que comenzaron en la madrugada del 9 de julio del año pasado, cuando ambos entablaron conversación en un pub de Foz. Salieron juntos del local, «dirigiéndose (no quedando determinado si lo hicieron en coche o andando) al puerto de Viveiro», dice el documento. La Fiscalía los situaba en el muelle focense y al viveirense no podrían haberse desplazado caminando ya que ambas localidades distan unos 37 kilómetros.

Logró huir dejándose los zapatos, el bolso y el teléfono móvil

En la zona portuaria, ella aceptó la sugerencia de «estar un rato dentro del vehículo», donde ambos comenzaron a besarse. Él, «con ánimo de satisfacer sus instintos libidinosos, después de bajar el asiento del copiloto», se puso encima de ella e intentó sacarle la ropa. La mujer le dijo «que parara, que no quería», pero no le hizo caso y siguió tratando de desvestirla «de cintura para abajo». La mujer «intentó salir del vehículo, impidiéndoselo, agarrándole por un brazo». Aunque ella reiteraba «que parara, que no quería, le bajó los pantalones y la prenda interior y acto seguido (...) la penetró». Cuando consumó el acto sexual, «en un descuido, le empujó logrando apartarlo para (después de subirse la ropa interior y los pantalones) salir corriendo del vehículo, dejando en este los zapatos y el bolso que portaba así como el teléfono móvil».

Dos testigos

Además de que las declaraciones de la víctima «resultaron plenamente creíbles» para la Audiencia de Lugo, donde se celebró el juicio el pasado 8 de junio, una testigo declaró haberla encontrado «vestida a medias, con el tanga por encima del pantalón, descalza y llorando, y no le decía nada». El hermano de la mujer manifestó que «venía fatal, desplomándose al suelo cuando llegó a las inmediaciones de su domicilio, donde la estaba esperando».

El ahora condenado, en declaraciones que la Audiencia considera «meramente exculpatorias», aseguró «que la relación sexual había sido consentida». 

Abuso, no agresión

Para la Audiencia de Lugo, «ha de descartarse la existencia del delito de agresión sexual, al no concurrir los requisitos de violencia o intimidación, sino una situación» en la que la víctima reaccionó «sin resistencia activa, presa del miedo y susto que le embargó, pero mostrando verbalmente con claridad, y en reiteradas ocasiones, su negativa y voluntad contraria a la realización del acto sexual».

La Fiscalía solicitaba una pena de diez años de prisión, una indemnización de 6.000 euros a la víctima y de 361 al Sergas, por la asistencia sanitaria. La representación legal de la mujer pedía once años de cárcel y 9.000 euros de indemnización.