
Con formación y experiencia en el sector, la focense abrió Flor do Toxo, un negocio que ofrece rutas a caballo: «O que máis veñen son familias»
19 ago 2025 . Actualizado a las 23:14 h.Flor do Toxo es, además de un proyecto empresarial, una pasión. La de Teresa Couto Fernández. A los 22 años ha decidido emprender abriendo un negocio que ofrece rutas a caballo por Foz y su entorno. Poco después de concluir sus últimos estudios creo la empresa que funciona desde principios de julio con una amplia oferta de servicios tanto para usuarios con experiencia como sin ella.
Teresa atiende a diario a grupos reducidos —un máximo de cinco personas— y asegura que la mayoría, por ahora, son personas que están disfrutando de sus vacaciones en la comarca. Pensando en todos los públicos ha habilitado distintos servicios; rutas de media hora para menores de 6 años (y otros que así lo deseen) y de una hora para mayores de edad.
A esas se suman las rutas de dos y hasta de tres horas. La Ruta polos pés de Cornería es de unos cinco kilómetros; la de subida a Cornería, de unos once (2 horas) y la del Paseo de Malates se prolonga durante tres horas.
«O que máis veñen son familias. Nótase que moita xente que ven de fóra quere aproveitar a súa estancia na comarca para facer moitas cousas», explica Teresa, que, aunque reconoce que todavía es pronto para hacer balance, está satisfecha con los resultados y ya planifica ampliar los servicios también a la doma de potros o pupilajes (alojamiento y cuidado de otros caballos en su centro).

En cuanto la normativa lo permita, también prevé poder ofrecer a partir de octubre rutas a caballo por las playas y, principalmente, tiene en mente el poder organizar y realizar rutas más grandes. Entre sus propuestas, la de organizar y ofrecer una ruta hasta Lourenzá —de todo el día—, otra hasta Mondoñedo —dos días, con pernocta en la ciudad episcopal— y estudia hacer próximamente una ruta hasta Santiago. Esta última la probará ella personalmente y valorará si puede y cómo ofrecerla y, con respecto a las dos anteriores, parte de ellas discurrirán siguiendo el Camino de San Rosendo.
En las instalaciones de Flor do Toxo, en Vilaronte, residen los siete caballos de Teresa, en una zona con prado, cuadras y otros servicios. La emprendedora asegura que, aunque en su casa no había ganado, ella se inició en este sector a los 13 años y un año después ya comenzó a montar a caballo de forma habitual.
Alimentó su pasión trabajando en distintos establecimientos, hípicas y otros centros donde fue adquiriendo conocimientos. A la experiencia sobre el terreno suma su formación. Tras concluir el Bachillerato, explica, se decantó por cursar un ciclo medio de técnico de Actividades Físicas y Deportivas en el Medio Natural. Lo hizo en Grado (Asturias), completando formación sobre equitación, además de senderismo, etcétera. A mayores, cursó en Salamanca un ciclo superior de Ganadería y Asistencia en Sanidad Animal, y actualmente sigue compitiendo en la disciplina hípica «raid».
Decidió dar el paso y abrir su propio negocio para dedicarse a lo que realmente le gusta y siguiendo los métodos y procedimientos bajo su criterio, también en referencia al cuidado, la alimentación y el descanso de los animales. Afirma que hasta ahora «foime ben, non me podo queixar» y confía en que el negocio se vaya consolidando como sucede en otras comunidades.
«Aquí o turismo vai a máis e gustaríame que a xente fora descubrindo pouco a pouco este mundo e se sentira atraído por el», apunta esta emprendedora que trabajó duramente para ahorrar e invertir en este proyecto que también promociona en redes como Instagram o Facebook.