Otro millón de pedaladas por la donación de órganos: «Morren 250 persoas ao ano sen un transplante, isto non é un cancro»

OUROL

Santi Chao, a la izquierda, y su amigo y aliado Andrés Piñeiro posan en un cartel de la Nacional-2 portuguesa en Chaves.
Santi Chao, a la izquierda, y su amigo y aliado Andrés Piñeiro posan en un cartel de la Nacional-2 portuguesa en Chaves.

El ourolense Santi Chao completó más de mil kilómetros en bicicleta desde Faro, en el Sur de Portugal, hasta Bares para visibilizar la causa que le salvó la vida tras un grave accidente en el 2001

06 jun 2024 . Actualizado a las 10:17 h.

«Cada ano 250 persoas morren esperando un órgano doado. Só son un 5 % das 5.000 persoas en lista de espera, pero isto non é un cancro, hai recursos para salvalos a todos se a xente se conciencia para doar. Eu mesmo non viviría se alguén non dese visibilidade a esta loita antes», reflexiona Santiago López Chao (Ourol, 1972) tras una nueva gesta para visibilizar el «milagro» que en el 2001 hizo que un corazón trasplantado lo recuperase de un grave accidente.

El deporte es una parte central en su vida: «Faime ben física e mentalmente». Y también su forma de visibilizar esta lucha. Su último desafío para mostrar qué se puede lograr tras recibir un órgano de segunda mano consistió en recorrer Portugal y Galicia de sur a norte en bicicleta. 1.062 kilómetros en nueve etapas y casi 61 horas dando pedales desde Faro a Estaca de Bares junto a su amigo y aliado Andrés García Piñeiro.

El viernes 24 de mayo comenzaron su aventura en Faro, al sur de Portugal.
El viernes 24 de mayo comenzaron su aventura en Faro, al sur de Portugal.

«Esta vez escolleu el a ruta. A min gústame máis tirar para a montaña, pero sempre estou mandando eu e, xa que sempre se presta a acompañarme, non podía ser», admite Chao sobre un reto que iniciaron el viernes 24 de mayo y les llevó a descubrir la Nacional-2 lusa, «unha das poucas estradas do mundo que recorre un país enteiro de sur a norte». «Atopamos unha orografía similar á castelá, con moito cereal e alcornoque, ata que nos fomos achegando ao norte e xa vimos máis verde. Tivemos días de bastante calor, pero levámolo ben, sen problemas nin avarías nas bicis», cuenta.

Sus etapas comenzaban alrededor de las siete de la mañana y se prolongaban durante seis horas, al menos. «Na vila onde acabamos cada día, buscabamos un sitio onde comer, ducharnos e descansar ben para o día seguinte», detalla un mariñano que se llevó una grata imagen de lugares como Castro Verde, Montemor-o-Novo, Abrantes, Gois, Viseu y Vila Real. «Son vilas con alma, xente, industria...», apunta sobre una expedición que también tuvo paradas en Xinzo de Limia y Guntín, ya en Galicia.

Llegaron el sábado 1 de junio a Estaca de Bares tras más de 1.000 kilómetros y nueve etapas.
Llegaron el sábado 1 de junio a Estaca de Bares tras más de 1.000 kilómetros y nueve etapas.

«Encántame o deporte e viaxar. Se puidera, faría isto con moita máis calma. Desfrutaríamos moito máis se fixésemos o percorrido en 18 días, en vez de nove, pero o tempo non dá para máis», lamenta Chao, fiel a su tradición de ponerse el maillot para agradecer su corazón donado y ayudar a que haya más casos como el suyo. Otros años se enfrentó a los Pirineos o los Alpes.

«Nunca sabes cando has ter que parar. Teño un protocolo amplo de medicamentos, ás veces algúns problemas... Pero xa me di o médico que a quen non lle doe algo de cando en vez», razona el ciclista y activista de la Asociación Gallega de Deportistas Trasplantados y en Diálisis (Detradi), descansando de vuelta en Viveiro.