Un clásico de la hostelería de Ribadeo, con 40 años de trayectoria, que se reinventa en un nuevo bar

La Voz RIBADEO / LA VOZ

RIBADEO

J.A.

José Rico, su esposa Irene Calvín, con la ayuda de su hijo Adrián, son una familia dedicada desde hace décadas a la hostelería, ahora en Re-Saca

17 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuarenta años detrás de un mostrador atendiendo y sirviendo a los clientes dan para mucho. Son los que lleva José Rico trabajando, con su mujer, Irene Calvín, y de un tiempo a esta parte con la ayuda puntual de su hijo, Adrián. Al frente de negocios como Adega Nicanor se convirtieron en clásicos de la hostelería ribadense, que acaban de poner un punto y aparte en su trayectoria para abrir un nuevo local, Re-Saca, en la céntrica calle José Vicente Pérez Martínez. Tras en cierre de Nicanor hace nueve meses, hace tres semanas volvieron a la actividad, tras reformar el local que fue el Mesón Rías y, en su última etapa, el mesón La Oveja Negra.

El planteamiento de Re-Saca es similar al que tenía en Adega Nicanor, sin la tienda de vinos y licores. Con ocho mesas de pie, trabaja como bar, con las tapas y las raciones típicas que le han dado fama.

José Rico explica que la configuración del local, con ocho mesas de pie, es para aprovechar el espacio como zona de vinos, creando una zona cómoda y amplia para servir raciones y tapas. Con la apertura del local han recuperado a su clientela tradicional: «Vai todo moi ben, non nos podemos queixar», señala José Rico.

El establecimiento abrirá todo el día, cerrando unas horas por la tarde, para volver a abrir a las siete, ya hasta entrada la noche. Re-Saca hará su descanso semanal los domingos por las noches y los lunes, todo el día.

En su carta de comida figura desde ensaladilla verde a mejillones al valor, ensaladilla rusa, torreznos de Soria, chorizo frito, morro de cerdo, oreja de cerdo, lacón cocido, pollo al ajillo, raxo con patatas, pimientos de padrón, patatas bravas y ali oli, callos con patatas, chipirones encebollados, croquetas, jamón ibérico o empanadillas de bonito.

Tras cuarenta años en el sector de la hostelería, José Rico aprecia que sigue siendo un trabajo sacrificado, en el que ellos, como propietarios del negocio, se implican a fondo: «Pero traballando para vivir, non vivindo para traballar. É o que se dice, non?», comenta.

Son estas condiciones especiales de la hostelería, como tener que trabajar los días de fiesta cuando el resto de la población disfruta de su tiempo libre, las que también explican la escasez de personal. Con todo, José Rico incide en que las condiciones han mejorado mucho: «Empecei con 18 anos e agora teño 58. Ao principio o traballo era de 12 horas diarias, ás veces máis, e sen ningún día de descanso. Como era antes e como é agora sabémolo ben todos os que nos dedicamos a este traballo», que en su caso es el de toda una vida en el sector de la hostelería y que ahora escribe una nueva página en Re-Saca.