La guerra atrapó en Israel a ocho miembros de una familia de A Mariña que viajó para una boda en Tel Aviv

R. G. R. / M. C. / A. S.

TRABADA

Parte de la familia mariñana que viajó a Israel por una boda
Parte de la familia mariñana que viajó a Israel por una boda CEDIDA

Ocho personas salieron ya del país vía Londres; otro grupo regresó el jueves, poco más de 24 horas antes de iniciarse los atentados; son de Trabada, Foz, Viveiro y A Pastoriza, de donde es el novio

11 oct 2023 . Actualizado a las 09:46 h.

Parte de una familia de A Mariña que viajó a Israel la semana pasada para asistir a la boda de un pariente natural de A Pastoriza quedó atrapada durante unas horas en plena escalada del conflicto palestino-israelí, logrando finalmente salir del país. Ocho personas de esta rama familiar -de A Pastoriza, Foz y Trabada- permanecían en Tel Aviv mientras se sucedieron los bombardeos perpetrados por Hamás. Todos llegaron finalmente en avión a Londres sobre las once de la mañana de este lunes, y a la hora de publicarse esta información viajaban ya a sus lugares de residencia. Otros tantos lucenses regresaron a casa el jueves, al día siguiente de la celebración del casamiento, y se libraron por 24 horas de verse en el medio de una guerra que ya se ha cobrado más de 1.200 muertos, entre los atentados de Hamás y el acoso de Israel a Gaza.

Uno de los miembros de esta familia mariñana -pares, tíos, primos y la hermana del novio- es Benjamín Villapol, consejero delegado de la conocida empresa Maderas Villapol, de Trabada, que regresó a casa al día siguiente de la boda, el pasado jueves. Así lo explica: «O casamento era dun sobriño meu de A Pastoriza, que se casou cunha rapaza de Israel. Foi o mércores, e a maioría viaxamos o domingo, marchando parte de nós o xoves a última hora», 24 horas antes de que en la noche del viernes al sábado comenzasen las hostilidades. Entre estas personas que volvieron con anterioridad al atentado de Hamás también había mariñanos naturales de Viveiro.

Ocho personas de la familia se quedaron para aprovechar el fin de semana y así hacer turismo en Israel, viéndose atrapados en el país durante la escalada de violencia. Entre ellos el focense Iago Gallo, cuya pareja es la prima del novio y que relata brevemente a La Voz que «nos atoparon sitio cunha compañía israelí e saímos nun voo ás cinco da mañá, con dirección Londres, de milagre».

A primera hora, el sábado, despertaron a los mariñanos las alarmas del Ejército israelí, y la dirección de su hotel les ordenó bajar al búnker del mismo. A partir de ahí comenzaron a entender poco a poco la gravedad de la situación. Intentaron abandonar Tel Aviv pero su vuelo fue cancelado cuando estaban a punto de embarcar, «e tiveron que pernoctar na cidade onde vive meu sobriño, Netanya. Foi unha odisea volver e nós aínda non temos moi claro como se arranxaron, porque nos puidemos comunicar con eles a contagotas», explica Villapol.

Tras pasar durante más de un día «unha preocupación moi grande», admite Villapol, «todos chegaron ben, sanos e salvos», celebra. Benjamín admite no obstante que tiene un ojo en la situación de su sobrino, que reside en Israel y que por voluntad propia se quedó en el país junto a su pareja. La novia tiene parientes en el Ejército israelí y algunos de sus allegados de estos perecieron en el conflicto. 

Villapol se enteró del atentado «cando xogaba ao fútbol cos pícaros. Pensei ao momento que tivemos moita sorte, porque libramos polos pelos. Da que nos libramos», expone. Aunque visitando Jerusalén u otras zonas turísticas de Israel notó la presencia de las fuerzas militares, «nunca chegas a pensar que poida pasar algo así».