Un viveirense celebra San Roque con 17 subidas a pie consecutivas al Penedo do Galo
VIVEIRO
Óscar González tardó algo más de 27 horas en hacer los 117 kilómetros y 8.849 metros positivos de su desafío
19 ago 2024 . Actualizado a las 22:04 h.Son muchos los viveirenses que cada madrugada del 16 agosto suben al monte San Roque para celebrar una romería. Con la creciente fiebre por las actividades deportivas extremas solo era cuestión de tiempo que alguien se atreviese a convertir la fiesta en un desafío de ultradistancia. Y ese pionero fue Óscar González Fraga (Celeiro, 1986), un vecino que disfruta como pocos las tradiciones locales y desde hace más de una década se desvive también por las carreras de montaña.
Finisher del maratón Camovi en Viveiro en una decena de ocasiones, ya ha probado distancias mayores y esta vez se enfrentó a los 8.849 metros de ascenso del mítico Everest con subidas continuadas al Penedo do Galo, el pico más alto de la ciudad del Landro. «Fueron 17 subidas y 16 bajadas. Allí ya me recogieron en coche. Subí desde el lavadero de Campo de Urraca, que son 520 positivos, y para acabar di unas vueltas allí para llegar a los 8.849. Me salieron 117 kilómetros y algo más de 27 horas», explica un hombre que inició el reto bautizado «Everesting» el viernes a las seis de la tarde y terminó cerca de las diez de la noche del sábado.
«Fui muy bien hasta el mediodía, pero luego hice muchas horas solo y, entre que ya llevaba muchos kilómetros en las piernas, el calor y la humedad... Sufrí», confiesa Óscar González, «muy agradecido» a compañeros de la Peña Lar, amigos y familiares que lo acompañaron en muchas partes del recorrido y apoyaron en el avituallamiento que instaló con una carpa en el punto final de su recorrido circular, en la cima del Penedo do Galo.
«Iván, un amigo de Xove, empezó conmigo, luego hice tres subidas solo, y después me acompañaron Alberto Cao, Carlos Pernas y Juanjo Coello. Cada uno lo que pudo. Después vinieron algunos otros», repasaba todavía exhausto.
Descansar para Naseiro
«Cada dos o tres subidas paraba un poco para comer y beber. Llevé geles, arroz, debí beber unos 14 litros de agua, algo de Coca-Cola», detalló sobre los cuidados que realizó y sus pocos descansos durante más de un día completo de competición sin dorsal. «Se acabó, que era el objetivo», declaró satisfecho con la capacidad física y mental que volvió a demostrar en los montes viveirenses.
«Ahora toca descansar y recuperar, que ya viene ahí Naseiro», apuntó dispuesto a disfrutar «al máximo» de la romería de la próxima semana.
Está por ver si el próximo año alguien se atreve a igualar o superar su brutal desafío por San Roque. «La idea salió de la nada, en una escapada a los Picos de Europa con un amigo, Jorge Palmeiro. Vi que me cuadraba bien en el trabajo, porque tenía puente, y me lancé a por ello», detalla Óscar González tras vencer 17 subidas al Penedo do Galo.