
Vuelve a apostar por la polivalencia y tendrá más poste bajo
13 ago 2020 . Actualizado a las 18:53 h.El Monbus Obradoiro se pone en marcha a la espera de que vayan llegando Ozmizrak, Cohen, Enoch y Robertson. Es el turno de la alquimia, de experimentar con las fórmulas para sacar el máximo rendimiento a una plantilla muy renovada, a un equipo que volverá a ser poliédrico y distinto a los de pasados cursos.
Hay principios básicos en el baloncesto cuántico de Moncho Fernández que se mantienen. Sus colectivos son como los estudiantes que pasan horas delante de los libros. Así lo explicaba David Navarro hace unos días: «El de Moncho es un juego mucho más organizado, con unas normas muy claras, muy marcadas. Le gusta que se cumplan, no salirse mucho del guion. Hay que adaptarse y saber llevarlo, saber encontrar tus momentos en este juego organizado».
No es fácil. Chete Pazo, que fue quien enroló en el Obra al Alquimista de Pontepedriña hace diez años, siempre tuvo claro que «no todos los jugadores valen para el baloncesto de Moncho». El técnico los quiere «bravos e inteligentes». Eso es algo que no cambia. Y aunque varíen los protagonistas y las partituras de un año para otro, el Obradoiro siempre es un conjunto en el que todos los integrantes se pasan mucho el balón.
Otra característica que se conserva es la polivalencia. Siempre hay varios jugadores capaces de adaptarse a más de una posición, de modo que el entrenador dispone de más margen para combinar distintas estructuras. Y, en ese marco, el equipo tendrá esta temporada más presencia en el poste bajo. Los dos cincos, Birutis y Enoch, pueden anotar en la media distancia. Pero se fajan cerca del aro. No pasarán inadvertidos los tiros del lituano con la mano izquierda sin apenas despegar los pies del suelo ni los ganchos del americano. Cohen es un todo terreno que no destaca en ninguna faceta para las maneja todas y hace mejores a sus compañeros. Y Mike Daum, como ya se vio la pasada campaña, puede amenazar en la larga distancia y maniobrar en la pintura.
Adaptarse a las circunstancias
A buen seguro, será una opción que estará muy presente en el plan de ruta de Moncho Fernández, siempre atento a las características de sus discípulos. Prueba de ello son las situaciones de bloqueo y continuación. Si se hiciese un estudio de los últimos diez años, el Obradoiro sería el que menos ha explotado el pick and roll. La pasada temporada, sin embargo, fue una excepción, para aprovechar las cualidades de Dejan Kravic.
A veces las variantes toman cuerpo sobre la marcha, en función de la evolución del equipo. Matt Thomas no llegó para ser referente, pero bastaron los primeros entrenamientos para que el cuadro técnico decidiese fabricar acciones a fin de aprovechar la buena mano del americano.
En otras ocasiones mandan las circunstancias. Las lesiones de la pasada campaña obligaron a los entrenadores a probar con Daum en la demarcación de tres. Es una variante que ya se incorporó al libro del equipo y que volverá a estar presente esta temporada.