El Obra debutó en Málaga ante Unicaja, que se presentó en este primer partido de liga con un balance de cuatro victorias y una derrota en pretemporada y con matices de juego muy marcados en estos partidos.
Katsikaris apuesta muy claramente por el cuidado de las posesiones como identidad principal de sus equipos. La pasada temporada Unicaja fue el conjunto de la liga que finalizó con una menor tasa de pérdidas desde que el griego se hizo cargo del banquillo. Por las características de sus jugadores, también hay una tendencia clara al lanzamiento de dos, en ningún partido de la pretemporada gastaron menos del 50 % de sus acciones ofensivas lanzando de dos, algo extremadamente inusual. El tercer elemento más destacado es la capacidad de rebote, sobre todo ofensivo, que mostró Unicaja en los cinco partidos de preparación.
Los malagueños cumplieron a la perfección con dos de estas tres señas de identidad. Capturaron más de un 30 % de rebotes ofensivos, gastaron el 55 % de sus acciones ofensivas lanzando de dos y se fueron hasta un elevado 16 % de tasa de pérdidas, pero lo que decantó, sin duda, el resultado del partido, fue la excepcional eficiencia en el lanzamiento de campo, 1,33 puntos por tiro. Por encima de este registro se ganaron más del 80 % de los partidos de la pasada temporada en Liga Endesa.
El Obra completó un muy notable partido desde el punto de vista ofensivo consiguiendo 1,11 puntos por cada posesión consumida y solo el lanzamiento de tres (1,05 puntos por tiro) estuvo lejos de los guarismos ofensivos que garantizan una probabilidad de victoria por encima del 50 %.
Con los detalles a mejorar localizados y la buena sensación final que dejó el equipo en el último cuarto del partido solo queda empezar a preparar el primer encuentro en Sar del próximo viernes contra Joventut.