Un factor determinante en este juego para lograr tus objetivos es el de las pérdidas de balón. La estadística nos dice que la victoria o derrota depende en un 30 % de este factor. El Obradoiro cuidó al máximo esta faceta, siendo el tercer equipo de la liga que menos balones perdió. En una competición en la que hay atletas extraordinarios y numerosos equipos capaces de defender a un grandísimo nivel, este aspecto ha sido clave para el título de la permanencia.
En ataque, las situaciones de bloqueos directos y las del balón interior, fundamentalmente para Birutis, fueron las armas principales utilizadas. El lituano lideró el poder ofensivo del equipo junto con Thomas Scrubb y Robertson. Y al Obra no le fue nada mal, ya que finalizó la competición siendo el séptimo equipo que más puntos anota por posesión, un dato directamente relacionado con una excelente selección de tiro en general. También podemos añadir, sobre todo en la primera parte de la liga, esas acciones «sorpresa» de juego sin balón protagonizadas por Scrubb y diseñadas perfectamente a su medida, así como un magnífico rendimiento ofensivo tras rebote de ataque, entre los cuatro mejores de la liga, pese a no ser un equipo que destaque en esa faceta.
Estas fueron algunas de las claves de una permanencia que este año fue carísima, con un equipo que cada día que pasaba, tal y como reza la canción en gallego preferida de Víctor Pérez, «foi máis lindo e máis lindo, mellor e mellor».