Blazevic: «En Sar se vive el baloncesto con la misma pasión que en Lituania»

ANDAR MIUDIÑO

Sandra Alonso

El pívot del Obradoiro esperaba una ACB «dura pero no tan competida, el último puede ganar al primero»

02 feb 2023 . Actualizado a las 17:24 h.

Marek Blazevic (Lituania, 2001), pese a su juventud, ya sabe lo que es tener minutos en la Euroliga, con el Zalgiris. Vio en la propuesta del Monbus Obradoiro una oportunidad para crecer como jugador y no dudó en dar el paso. A mitad de curso, en su primera temporada lejos de casa, el pívot se muestra satisfecho y convencido de que acertó, si bien reconoce que la experiencia está resultando más dura de lo que esperaba.

—¿A qué edad comenzó a jugar al baloncesto?

—Con siete u ocho años. Mi madre me recomendó que me inscribiese en alguna actividad para que no estuviese parado en el sofá y así empecé.

—¿Sus padres también jugaban al baloncesto?

—No, nadie en mi familia practicó un deporte.

—El baloncesto es casi una religión en Lituania.

—Allí es el primer deporte. Todo el mundo crece en medio del baloncesto y la selección es un referente. No tenemos muchas medallas, pero es muy importante, al igual que el hecho de tener un equipo en Euroliga. Mucha gente viene desde otras parte de Lituania a Kaunas para ver Euroliga. Es una pasión.

—¿Diría que Sar disfruta del baloncesto de una manera similar?

—Sí, así eso. Creo que en Sar se vive el baloncesto con la misma pasión que en Lituania. Es muy similar. La gran diferencia es que esta ciudad es más pequeña. La gente que viene a vernos realmente es apasionada del baloncesto. Cuando el árbitro pita una falta todo el mundo se levanta, grita, se implica. Me gusta mucho. La gente se acerca, te anima fuera de la pista, te comenta lo que opina sobre tu partido.

—¿Le dijo algo Jasikevicius tras al partido de Sar?

—No. Hablamos antes. Me comentó que tenía el mismo corte de pelo que Rokas (Giedraitis), que si íbamos al mismo peluquero y nos había hecho un dos por uno.

—¿Cuándo decidió o vio que quería ser jugador profesional?

—Nunca tuve como meta personal el convertirme en profesional, no es algo que me plantease. Simplemente, surgió de forma natural. Me llamaron para jugar en el segundo equipo del Lietuvos Rytas, me ofrecieron un contrato de jugador joven y fue así como me convertí en semiprofesional.

—Tiene solo 21 años y es su primera experiencia lejos de su entorno. ¿Va según lo previsto?

— Es más duro de lo que esperaba, especialmente a nivel mental. Piensas que lo tienes todo en la vida, pero es en estas experiencias cuando te das cuenta de que muchas veces simplemente necesitas pasar tiempo con tu familia y tus allegados. Supongo que es normal, que me acostumbraré a ello. Por otra parte, estoy jugando a baloncesto en otro país, me pagan por ello, conozco gente nueva, aprendo. Estoy muy contento, aunque a veces las cosas no van como esperabas. Hay que tener paciencia e ir paso a paso.

—¿Qué diferencias nota entre el Zalgiris y el Obradoiro?

—En los dos sitios tienes todo lo que necesitas, un buen cuadro técnico, buen entrenador, maquinaria para trabajar... Eso no es el problema. La diferencia es el tener un partido por semana. En Kaunas tenías un partido de Euroliga entre semana y uno de liga el fin de semana. No había mucho tiempo para pensar entre uno y otro. Aquí, si uno te sale mal y el siguiente también... Creo que lo más difícil es gestionar esa frustración, hacerte fuerte cuando los resultados no acompañan.

—¿Cuáles son sus objetivos?

—Mejorar, dentro y fuera de la pista. Seguir trabajando, que cuando acabe mi etapa en la ACB se me vea como un jugador conocido y respetado.

—Conocía la Euroliga pero no la ACB. ¿Es lo que esperaba?

—Sabía que sería dura, pero no esperaba que fuese tan competida. Tienes que trabajarte cada victoria. El último clasificado le puede ganar al primero, y eso es algo que me gusta.

—¿Es más de NBA o de Euroliga?

—Me gusta más la Euroliga y las competiciones europeas, las sigo más. De la NBA estoy más pendiente cuando llegan los play off.

—¿Tiene algún jugador favorito?

—Me centro mucho en los lituanos. Domantas Sabonis...

—Perdone la interrupción. Para muchos como yo, supongo que por razón de edad, Sabonis es Arvydas.

—Claro, claro, la edad. A mi me queda más cerca Domantas Sabonis, que es muy bueno. Otro de mis favoritos es Montiejunas, que está ahora en el Mónaco. Tiene mucho talento.

«El Bilbao hace defensas muy específicas»

Marek Blazevic se estrena en la ACB. Algunos de los rivales contra los que ha jugado, hasta la fecha, eran desconocidos para él, y ese es un hándicap.

—Acaba de terminar la primera vuelta. ¿Influye mucho, entre los debutantes, como es su caso, no tener bajo control a algunos equipos?

—Lógicamente, es más fácil jugar contra rivales a los que ya te has enfrentado alguna vez. A algunos los había visto en competiciones europeas contra equipos lituanos. Pero, por ejemplo, para mi el Zaragoza, el Betis o el Breogán eran totalmente nuevos. A otros, como el Manresa, los había visto en la Champions, o al Joventut en la Eurocup. Pero con los que no juegan en Europa, a veces no llega con el scouting de los entrenadores, tienes que hacer trabajo por tu cuenta para analizarlos.

—¿Qué sabe del Bilbao?

 

—Tiene jugadores muy buenos a nivel individual, sobre todo en las posiciones de base y escolta. Hacen defensas muy específicas y deberemos estar muy atentos al pick and roll, olvidar pequeños detalles que nos pasaron factura en el último partido y seguir jugando duro.

—¿Nota que hay más atención sobre usted y Guerrero tras la baja de Bender?

—Puede ser que la gente esté más pendiente de nosotros, pero es normal. Sin Dragan tenemos más minutos.

—¿Entiende algo del Miudiño?

—Nada, pero es muy bonito ver a la afición cuando lo canta.

—¿Ha aprendido alguna palabra del gallego?

—La verdad es que todavía no conozco palabras en gallego.

—¿Y qué me dice de la gastronomía que se ha encontrado?

—Churrasco, chimichurri y criollo, está muy rico. También el marisco, sobre todo las gambas. Y los callos.