Moncho Fernández: «Sabía que mi prioridad era el Obradoiro»

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

Xoán A. Soler

La renovación más laboriosa cristalizó un mes después del final de la liga regular

23 jun 2023 . Actualizado a las 19:39 h.

El jueves fue el día de la renovación, de pasar página a la incertidumbre de las semanas previas y volver a poner el foco en el Obradoiro. Y así empezó el viernes para Moncho Fernández, reencontrándose con un frenesí que no le resulta desconocido pero que estaba en modo de espera, el de comenzar a construir el proyecto 23/24 en Sar.

La campaña 22/23 acabó para el conjunto santiagués el día 23 de mayo. Y la renovación ha llegado un mes más tarde, en un escenario algo más agitado que el de ocasiones precedentes, aunque el desenlace haya sido el mismo.

CAMBIO DE ACTORES

Fin de la etapa de José Luis Mateo. José Luis Mateo, el interlocutor del Alquimista de Pontepedriña en todas las renovaciones desde al año 2012, decidió poner punto y final a su etapa en Sar. No fue un cambio menor, tal y como explica el propio Moncho Fernández: «Es evidente que es una temporada diferente, tras diez años con el director deportivo, que además era director general. El club tenía que buscar una figura para esos puestos y luego ponerse. Lo que ha cambiado son los tiempos y los cargos».

  

DÍA A DÍA

La dificultad de sobrellevar la incertidumbre. Por mucho que las ideas estuviesen claras y que hubiese variaciones en los tiempos de negociación motivados por el cambio de actores, no es fácil de sobrellevar la incertidumbre, ni para el protagonista ni para su familia. Incluso asumiendo que eso es lo que toca: «Sabemos cómo es nuestra vida y lo que implica, es algo que llevamos haciendo mucho tiempo. La incertidumbre sobre el futuro forma parte de esa vida pero, si acaba de forma feliz, compensa».

  

CONFIANZA

Sin dudas en el proceso. A la pregunta de si en algún momento llegó a verse más fuera que dentro del Obradoiro, el técnico santiagués contesta con un «no» sin adornos ni sombras. La manera de proceder fue la de siempre: «Como no podía ser de otra forma, lo primero era la llamada del club, ver cuál era su idea en los objetivos y la forma de afrontar el trabajo y, a partir de ahí, ver si encontrábamos el punto de entendimiento. La prioridad siempre fue el Obradoiro. Se fueron dando pasos».

 Moncho Fernández también fue tajante respecto a otras posibles ofertas y, más particularmente, sobre los ecos que lo ponían en la órbita del Burgos muy a última hora: «No puedo responder a toda la rumorología de Twitter e Internet. No es algo que pase solo con Moncho. Las redes le dan calidad de noticia a cualquier cosa. Tengo una persona que se encarga de mis asuntos profesionales y sabía que mi prioridad era el Obradoiro, y que hasta que no se acabasen las negociaciones no quería estar al tanto de otra paso».

CÉNIT

La reunión decisiva. Moncho Fernández explica el desenlace como la consecuencia natural de un procedimiento negociador en el que las dos partes confluyeron: «Hemos alcanzado un punto de encuentro y entendimiento sobre los objetivos, la forma de trabajo y las circunstancias propias de los contratos».

 También confirma que la parcela económica no ha sido el leitmotiv de la negociación: «Quién diga lo contrario, miente». El frente más importante fue el de ponerse de acuerdo en la metodología: «Saber qué queremos hacer y cómo lo queremos hacer es muy importante». Y la clave estuvo en la última reunión, la que se celebró el jueves en Lugo con el presidente, Raúl López, que es quien tiene la última palabra, y con la presencia del nuevo director general, Eduardo Pascual. De allí salieron todas las partes con un acuerdo y una idea clara sobre ese «qué queremos hacer y cómo lo queremos hacer».

  

TRABAJO

Un paréntesis para las hogueras. Atrás queda un mes en modo de espera. Moncho Fernández ya ha activado el modo «on» para ponerse manos a la obra y en el Obra. Y eso incluye todos los días de la semana, con una salvedad, un pequeño paréntesis: «Lo de saltar las hogueras es una tradición que no quiero aparcar. Por lo demás, el fin de semana se presenta trabajando».