El Obradoiro entiende de sobresaltos

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

Sandra Alonso

El club, que un curso perdió a sus cincos, otro a sus tiradores y otro a sus bases, se ve ahora en una fase sin tres referentes fichados para el perímetro

05 nov 2023 . Actualizado a las 21:14 h.

La mejor temporada del Monbus Obradoiro en la Liga Endesa remite al curso 12/13, en la que acabó octavo y disputó las eliminatorias por el título. Fue el año de Salah Mejri dominando, Kendall ofreciendo su mejor versión, Andrés Rodríguez dirigiendo con la precisión de la relojería suiza, Hummel percutiendo, Pumprla defendiendo hasta a su sombra... La mezcla salió redonda y las lesiones respetaron al equipo. Pero la ausencia de contratiempos es casi una excepción en Sar. Antes al contrario, el club ha tenido que hacer frente a situaciones complicadas y esta temporada no está siendo una excepción con los problemas físicos de Howard, la lesión de Rigoberto Mendoza y la espantada de Eric Washington. Eran los tres referentes llamados a agitar el perímetro. Y solo llegaron a coincidir en la primera jornada.

Ya es difícil que una franquicia de la NBA reclame a un jugador de un equipo ACB. Le tocó al Obradoiro en la campaña 13/14. El plantel había empezado mal, con solo cuatro victorias en quince jornadas. Pero encontró la piedra filosofal con el tándem Muscala-Oriol Junyent. Y los perdió a los dos de una tacada. Al primero lo repescaron desde Atlanta. El segundo se lesionó en el partido ante el Joventut. Fue el último partido de ambos en el equipo, y en el caso del pívot catalán también el último de su carrera. El Obradoiro llevaba cinco victorias del tirón, y alargó la inercia una jornada más, con un increíble triunfo en Gran Canaria. Firmó su mejor racha en la ACB hasta la fecha.

Tras un año de cierta tranquilidad, de nuevo aparecieron los fenómenos extraños, en la campaña 15/16. El equipo ganó cinco de las ocho primeras jornadas. De repente, entró en barrena. Llevaba solo dos en las 18 siguientes y se quedó sin su principal referente ofensivo, Waczynski, que en aquel momento estaba entre los cinco mejores anotadores de la Liga Endesa, con más de catorce puntos de media. Se seccionó dos tendones de la muñeca izquierda, uno totalmente y el otro de manera parcial, al luchar por un rebote y chocar contra una valla publicitaria. El Obra acabó ganando tres de los seis últimos encuentros.

La siguiente temporada fue todavía más dura. El proyecto, articulado alrededor de dos muñecas de seda, las de Corbacho y Txemi Urtasun, tuvo que se reformulado ya en la primera jornada. La vuelta a Sar del alero balear, tras jugar en el Baskonia, iba por el camino de siempre. En el reestreno, precisamente ante el conjunto vitoriano, ya llevaba un par de triples en cuatro minutos, cuando se rompió el tendón rotuliano. Urtasun, perseguido por los problemas físicos, solo pudo participar en catorce partidos.

En la campaña 17/18, otro contratiempo de los que engrosan el capítulo de las excepciones. El club le echó el lazo a Jordan Bachynski, un pívot que estaba fuera de su radar económico pero que ultimaba la recuperación de una lesión. La completó en Sar y, cuando estaba listo para debutar, no pasó el reconocimiento médico porque le detectaron una cardiopatía. El primer sorprendido fue el propio pívot.

Al año siguiente, Maxime de Zeeuw, llamado a ser un jugador de jerarquía en el equipo, sufrió una sucesión de percances físicos que solo le permitieron participar en doce encuentros.

Llegó el turno del curso de la pandemia, también el del edema óseo que trajo por la calle de la amargura a Earl Calloway.

Y si en la 13/14 fueron dos pívots, y en la 16/17 dos tiradores, en la 20/21 les tocó pasar por la diana de las lesiones a los bases. Ozmizrak se lesionó en pretemporada al pisar a un compañero. Se perdió la primera vuelta y tuvo que forzar porque Pozas se dañó el tendón rotuliano.

La pasada campaña

La pasada temporada el Obradoiro conformó una plantilla de altos vuelos, con la renovación de los hermanos Scrubb y la llegada de Bender y Westermann, un número cuatro del draft y un jugador de jerarquía en la Euroliga. Pero el pívot croata se volvió a romper el ligamento de la rodilla, el base no terminó de encontrar la continuidad. Y David Walker sufrió casi toda la campaña por una fascitis plantar.