A lomos de Thomas Scrubb y Artem Pustovyi

Nacho Parajuá EL ESCÁNER

ANDAR MIUDIÑO

EMILIO COBOS

03 dic 2023 . Actualizado a las 00:56 h.

El Obradoiro de esta temporada me tiene un poco loco. Pero es un equipo para creer, aunque no sea fácil de encuadrar.

Hay algo en lo que no falla nunca: sus jugadores podrán estar mejor o peor, les podrán salir las cosas o no, pero nunca dejan de perseverar. En realidad, es una seña de identidad de esta campaña y de las anteriores. Y ese empeño le valió primero para seguir vivo en un partido que estaba muy cuesta arriba, y después para asegurar la victoria.

El conjunto santiagués no empezó bien en defensa, con problemas en los cambios y en las ayudas. El Tenerife conseguía buenos tiros y, además, con un acierto extraordinario: 85 % en el primer cuarto y 60 % en el segundo. Pese a todo ello, el Obra llegó al descanso once abajo.

Lo que está claro es que este equipo tiene dos estandartes: Artem Pustvoyi y Thomas Scrubb. Cuando están bien, las opciones de victoria crecen exponencialmente. El pívot ucraniano dio un clínic en el poste bajo en la segunda parte. El alero canadiense, que venía de dos partidos en los que parecía extrañamente apático, es un lujo. Se reivindicó con una actuación extraordinaria. Y cuando estos dos están bien, los demás se benefician. Sobre todo Howard, que encuentra más espacio. Atrás le cuesta más. Pero en ataque su calidad es indudable. Y no le pesa la responsabilidad.

 Para terminar, un apunte sobre Kovliar. Se le han visto luces y sombras. A nadie se le escapa que tiene 21 años, si bien cuando uno está en ACB la edad tiene que quedar en un segundo plano. Lo que toca es dar el nivel. A veces parece algo ansioso, pero apunta a que va a formar un buen tándem con Fernando Zurbriggen.