Rigoberto Mendoza ve cerca el regreso en el Obradoiro

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

Óscar Cela

«No es decir ya estoy ready y voy entrar a practicar, tienes que estar al día con los sistemas», indica el dominicano sobre su proceso de puesta a punto

08 dic 2023 . Actualizado a las 21:24 h.

Rigoberto Mendoza debutó en Sar por la puerta grande, con un partido muy completo en la primera jornada de la Liga Endesa. Cuajó un gran trabajo. En el siguiente, en la fase previa de la BCL, se lesionó. Sufrió la fractura de las apófisis transversas derechas en tres vértebras lumbares. Lleva más de dos meses alejado de las canchas, empleándose a fondo en la recuperación. Y ya ve cerca la reaparición. Esta semana ha empezado a hacer trabajo con el grupo y la respuesta es satisfactoria. Como siempre, una cosa será tener el alta médica y otra el ritmo de competición para volver a jugar. Pero, salvo contratiempo, falta muy poco, aunque todavía no tan poco como para el partido de este domingo en Badalona.

Las palabras del propio escolta dominicano invitan al optimismo: «Me siento muy bien, ya en la etapa final de la recuperación. Es el segundo entrenamiento corrido con el equipo. Me estoy notando súper bien, con algo de carga, pero es lo normal. Creo que la semana siguiente será clave para ver cómo estoy y cuándo puedo volver».

Reconoce, no obstante, que todavía nota «algo de dolor en la espalda», pero nada que le impida «hacer todo lo que se puede hacer en la cancha».

Nunca había estado tanto tiempo parado y, al echar la vista atrás, no duda en significar que «la primera semana, incluso el primer mes», fue lo más duro.

Pero poco a poco el trabajo fue dando sus frutos y ahora está en otra fase, en la que la complicación es de otra naturaleza: «Una vez empiezas a entrenar con el equipo, está la parte en la que tienes que volver a coger el ritmo, volver a estar al día con todos los sistemas y todas las cosas nuevas que ha ido poniendo el cuerpo técnico. No es decir ya estoy ready y voy a entrar a practicar, tienes que estar al día con todos los sistemas».

Ahí tiene cierta ventaja porque, aunque no pudiese participar, se le veía a pie de pista sin perder detalle: «Desde fuera es más fácil, lo ves todo y dices este debió hacer esto, este lo otro... Pero dentro es otra cosa. Desde fuera es más fácil hablar, porque los ves todo. Desde dentro es diferente. Ahora estoy en ese proceso, de que todo lo vi pero necesito ponerlo en práctica».

Haber jugado solo tres partidos y lesionarse no ha sido óbice para que el club y él decidiesen extender su contrato por dos años más. Se muestra agradecido: «Ha sido amor a primera vista por las dos partes. Que tomaran la iniciativa de renovar para mí significa mucho porque me permite estar en la que considero la mejor liga y me da estabilidad, a mí y a mi familia».

Un equipo con coraje

No solo ha tenido tiempo de ver los entrenamientos. También ha podido seguir con detalle todos los partidos del Monbus Obradoiro. Lo que percibe es una línea ascendente: «Somos un equipo que vamos de menos a más, mejorando. No dejamos de trabajar por una o dos derrotas seguidas. Sabemos que son partidos difíciles, que en algún momento vamos a coger la ruta ganadora. Creo que van a venir buenos momentos y hay que aprovecharlos».

Es ese Obradoiro que fue capaz de deslumbrar ante el Baskonia, bajar muchos enteros frente al Manresa y el Granada y volver a coger vuelo en Tenerife. En opinión de Mendoza, los altibajos son consustanciales a todos los equipos: «Es baloncesto. El otro equipo también trabaja, hace scouting y se prepara. Es un juego y lo puede ganar cualquiera. Es importante levantar cabeza y creo que el equipo lo ha hecho muy bien después de dos derrotas seguidas. Ahí es donde está la fuerza y la motivación de cada uno para salir de una mala racha. Al final, tú no sabes como va a salir un partido. Creo que si hacemos las cosas correctas y lo que se nos pide, estás más cerca de ganar. Pero es un juego».

«Ya le mandé recado a Fer, le tiene que dar la primera trompada a Andrés»

Rigoberto Mendoza reconoce que para jugadores que debutan en la Liga Endesa, y más en casos como el suyo, que vienen de desarrollar casi toda la carrera en América, el desconocimiento de los adversarios es un problema añadido.

Durante la convalecencia, no perdió la oportunidad de «tirarle un ojo al scouting de cada partido, aunque no lo pudiese jugar, para ir conociendo a los rivales. Pero hay muchos jugadores a los que no había visto nunca. Y eso me pasa también con algunos equipos».

Entre ellos, el rival del domingo, el Joventut, si bien con una excepción: su compañero en la selección Andrés Feliz, que está cuajando una gran campaña. Todavía no contactó con él esta semana, pero ha movido una pieza: «Ya le mandé recado a Fer (Zurbriggen). Le tiene que dar la primera trompada, porque si dejas que Andrés te golpee primero va a haber problemas».

Charlas sobre baloncesto

En el caso de Rigoberto Mendoza, la curiosidad por ir conociendo a los rivales es extensible a todo el baloncesto y, particularmente, al día a día del Monbus Obradoiro. Las charlas a pie de pista con el entrenador, Moncho Fernández, son muy habituales: «Voy hablando con él de cosas nuevas que van entrando, de los sistemas que van introduciendo. Le digo lo que pienso, no para que cambie nada. Me gusta hablar para no guardarme todas las cosas en mi cabeza».

Así va consumiendo los días, a la espera de una reaparición que está ya muy cerca.