Matinal de domingo para visitar el Olímpic de Badalona y enfrentarse a un Joventut que marcha en la ACB con un balance equilibrado de seis seis y que llega tras derrotar brillantemente al Baskonia en la competición doméstica y lograr un importantísimo triunfo europeo en la cancha del Besiktas turco.
Los verdinegros, con una sólida base de gente de casa o traída para completar con ellos su formación y desarrollo, afrontan una importante variación en su róster, personalizada en la salida de dos de sus bastiones en el rendimiento pasado: Kyle Guy y Joel Parra. Con incertidumbre sobre bajas posibles, los de Carles Durán, con una apuesta de juego muy dinámica y agresiva en ambos lados de la cancha, construyen buena parte de su baloncesto a través de Andrés Feliz y de Guillem Vives, bases complementarios y bien diferentes que se revelan capitales en su estructura, con gente del nivel de Deshaun Thomas, Andrew Andrews, Pau Ribas o Tomic. También con muchos jugadores jóvenes pero sobradamente capacitados como Rubén Prey o Miguel Allen.
Un rival histórico como ninguno, bien construido, que parece estar en un buen momento anímico y de juego, por mucho que echen de menos al ex obradirista Vladimir Brodziansky.
Una oportunidad más para seguir sumando. Mucha suerte para el Obra, que siempre viene bien.