Decía Moncho en la previa que el partido se definiría en los básicos: rebote, pérdidas de balón y control de la ansiedad. Habría que añadir otro básico, Artem, y esperar al factor desconocido. De Artem se encargó Sakho primero, Juan Fernández después. Apenas sacó un par de faltas y un palmeo en siete minutos y el primer cuarto se definió por el acierto exterior local: 25-14.
El segundo cuarto fue mucho más trabado. Lo ganó el Obra 16-13 gracias a buenos momentos de Mendoza, Timma y al mejor Blazevic de la temporada. El Obradoiro reboteaba un poco más y tiraba mejor que el Breo, que se fue al descanso con un paupérrimo 9/32 en tiros de campo.
En el tercer cuarto llegaron los triples de Nakic y Momirov. El Obra se agarró a los puntos de Mendoza y Timma para que el daño fuera menor: 21-23.
Un par de despistes del Breo permitieron al Obra poner el 68-50 en el arranque del último cuarto. Lo desconocido, Robinson, se echó al equipo a la espalda. El Breo se puso a cinco puntos, pero el Obra se agarró a los básicos, a la dirección de Strelnieks y a Artem. Un sabio me dijo ayer: al Breo le ganamos fijo, me preocupan los siguientes ocho partidos.