Félix Alonso, técnico del Obradoiro: «Mi obsesión como entrenador es encontrar los tiros a pies quietos»
ANDAR MIUDIÑO
«Donde veo un mayor problema es en los manejadores de balón», apunta
21 ene 2025 . Actualizado a las 20:45 h.Félix Alonso aceptó el desafío de cambiar el frío y la tranquilidad de Polonia, donde ejercía como ayudante de Zan Tabak, por una complicada navegación en las agitadas aguas de un Monbus Obradoiro que se vio muy por detrás de las expectativas en su lucha por regresar a la ACB y que mantiene el objetivo.
—¿Está ante el mayor reto de su carrera?
—Soy alguien al que le gusta vivir el día a día tal cual viene. Pero si ponemos en contexto la situación y el club histórico en el que estoy, podría decir que sí, que es el más importante.
—¿Qué se encontró al llegar?
—Un equipo bien trabajado tácticamente, con las ideas de lo que hacían muy claras, pero muy tocado en lo anímico única y exclusivamente por las derrotas. Muchos partidos se perdieron por poca diferencia y eso hizo que el equipo perdiera confianza.
—Un base, dos combos, tres cincos, no hay un cuatro atlético... ¿Es complicado equilibrar esta estructura?
—Creo que la lesión de Leimanis condicionó el juego del equipo, más allá de que luego podemos discutir si Leimanis es un base puro o es un dos. Pero es un jugador con unas características muy determinadas que obliga a la defensa a hacer algo muy determinado, que es pasarle por encima los bloqueos. Y, con Leimanis y Varela, ahí tienes dos jugadores en esa posición de uno que te permiten que el juego fluya de otra manera, diferente a lo que tenemos ahora. Es decir, Rati no es ese tipo de jugador, tiene otras virtudes, es más defensivo, mejor en campo abierto, mejor en uno contra uno, pero la defensa muchas veces le pasa por debajo y eso hace que el juego no fluya, porque la defensa no va detrás del balón. La defensa normalmente está delante del balón. Y eso ha hecho también que, al llevar a Sergi a la posición de uno, hayamos perdido muchas de las cualidades que tiene él: olvidarse de pensar, jugar en campo abierto, una puerta atrás, un contraataque, defender y correr, tiros de pies en el suelo, que es donde él es bueno, y a él le estamos dando demasiados momentos el balón. Creo que perdemos ahí un poco esa chispa y esas virtudes que él tiene. Y para mí ese es el mayor ajuste que tenemos que hacer.
—¿Y encajar a Stevic?
—No creo que sea un cinco, aunque sus características no son las del cuatro habitual. Toda su carrera ha jugado al cuatro y el año pasado, en Menorca, con dos pívots como Stoilov y Arteaga, juega al cuatro. Creo que hay que buscarle en esas posiciones intermedias, es un cuatro atípico, que no tira de tres. Donde veo un mayor problema es en el hecho de los manejadores del balón. Tenemos jugadores que son ejecutores y que tienen menos capacidad creativa. Es el equipo que sabía que había y tengo que tratar de darle las herramientas adecuadas para jugar lo mejor posible.
—¿Más poste bajo y más continuaciones son dos opciones que tendrán más peso en ataque?
—Me gustaría, sobre todo, que compartiéramos mucho el balón. Mi obsesión como entrenador siempre es encontrar los tiros a pies quietos. Tenemos buenos jugadores de defensa saliendo de indirectos, pero lo que yo busco es que al final nuestros triples sean triples de compartir el balón, de circular. Somos el segundo equipo que más asistencias damos de la liga, y esto es algo que yo heredé. Creo que lo importante es que tengamos el mayor equilibrio dentro de nuestro juego. Poste bajo porque tenemos dos jugadores grandes que pueden hacerlo, situaciones con Stevic que con cuatros determinados también puede hacerlo, Álex Galán. El pick and roll que estamos viendo que Jake antes no hacía y ahora ya está jugando más cerca de canasta, no solo tirando de tres, con lo cual termina siendo un jugador más peligroso. Y tiros de tres puntos en salida de indirectos y en spot up, que son esos tiros de pies en el suelo.
—¿Álvaro Muñoz y Millán Jiménez juntos en pista son una opción?
—Sí, no estoy cerrado a ningún tipo de combinación. Quizás la única que no veo es jugar con Jake y con Ondrej, esa se me hace más complicada. Si decidimos que Oliver juegue al cuatro y en algunos momentos Jake también al cuatro, el overbooking en esa posición sería soberano.
«La defensa nos tiene que acercar al objetivo»
En las últimas jornadas el Obradoiro está encajando menos puntos, si bien ante equipos de la segunda mitad de la tabla.
—¿La defensa es la base para tratar de ir creciendo?
—Tenemos que cimentar nuestras victorias a través de la defensa. Cuando llegué éramos la tercera peor defensa, ahora somos la sexta peor. Estamos dando pasitos en ese sentido. Creo que va a llegar un momento en el que, ofensivamente, a pesar de esto que hemos dicho de la falta de un manejador o un generador que nos cree situaciones de más ventaja, lo que nos tiene que dar la defensa es el ganar partidos y acercarnos al objetivo.
—¿Qué está faltando en ataque?
—Hay un problema estructural que ya comentamos, con la lesión de Leimanis y cómo se va reajustando el equipo, sin olvidar los problemas físicos de Nacho Varela, el otro jugador creativo, que ha disputado muchos minutos tocado. Va mejor, pero aún está lejos de su mejor nivel. También hay un problema de ansiedad, de precipitación. Nos falta controlar esa ansiedad, familiarizarnos con aquellas cosas que buscamos, conocer qué es lo que quiere el entrenador. Y, a medida que vayamos resolviendo todo esto, intentar que la toma de decisiones sea mejor.
—¿Balvin va a ser el termómetro?
—Cuando viene a esta competición y traes a un jugador de estas características, es para que tenga un impacto inmediato. Debe entender que está en Primera FEB y que aquí el currículo no sirve de nada. Hay veces que no es fácil pensar que no tengo delante a Tavares, sino a no sé quién. Y esta motivación no funciona así porque, si no, te pasan por encima. Si consigue hacer esto, tendrá un impacto en el juego que, el otro día, en Menorca, creo que ya pudimos verlo. Probablemente haya sido su mejor partido.
«Estoy trabajando desde el primer día con la máxima tranquilidad»
Félix Alonso tenía claras las exigencias y el contexto a la hora de desembarcar en Sar.
—¿Cuándo lo llaman le plantean el ascenso como una exigencia?
—Lo que se me plantea es, «sabes a dónde vienes, ¿no?» A partir de ahí, lógicamente el objetivo está claro. Yo sé que el objetivo del Obra es ascender. Algún amigo me decía que esto es un marrón, y yo no lo veo como un marrón, lo veo como una oportunidad. La exigencia es ascender y lo asumo como tal, sabiendo que el camino que tenemos es el largo, no es el del ascenso directo.
—¿No cree que elevar las expectativas al máximo puede suponer una carga excesiva?
—Vengo diciendo, a tenor de algunas declaraciones que voy escuchando, no aquí, sino en otros equipos, que a esta Liga hay que tenerle más respeto. Empecé a entrenar por primera vez en el 2001, y esta Liga es muy jodida. Como no la respetes y como no seas humilde y trabajes cada día, es una Liga que te devora. Creo que llegar aquí en las circunstancias en las que llegué ha hecho que las expectativas fueran más bajas. Es decir, el ascenso directo está olvidado, el equipo se dio de bruces con la realidad, la realidad de la Liga en la que estamos, y entonces yo creo que todo el mundo pisó tierra y ha sido consciente, en el sentido de «vamos a ver, que esto no era tan fácil como podíamos presumir al principio».
—Desde la segunda jornada cada partido parecía aquí un examen final. Usted empezó con dos derrotas. ¿Notó turbulencias?
—La verdad es que me aíslo absolutamente.
—Hablaba de turbulencias dentro.
—No, no, para nada. Sé la obligación que tengo, sé a lo que vengo aquí, pero no me he sentido presionado en ningún momento, ni se me ha dicho, oye, has venido aquí a otra cosa y has perdido los dos primeros partidos, ¿no? No, no, para nada. Estoy trabajando desde el primer día con la máxima tranquilidad y sin sentirme presionado lo más mínimo.
—Ahora mismo, está caro hasta el quinto puesto en la Liga, para tener factor cancha en el play off.
—Muy caro. Precisamente, la posibilidad de ganar la Copa nos permite visualizar ese quinto puesto con más interés todavía, porque si ganas la Copa y acabas quinto, cuarto o tercero pasas a ser segundo en los cruces. Por eso veo una ventana de oportunidad. Pero primero hay que ganar al Betis y, en caso de lograrlo, también la final. Y si no sale bien, ser un poco cínicos con nosotros mismos y decir aquello de que era otra competición