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El técnico brasileño ha modelado un San Pablo Burgos sin puntos débiles
15 feb 2025 . Actualizado a las 18:55 h.«Nos espera un partido durísimo en el que, una vez más, tenemos que estar preparados defensivamente para responder, y no solo responder, sino dictar nosotros el nivel físico que nos conviene para poder ser más consistentes y ganar un partido que va a ser, una vez más, de un nivel altísimo». Es el pronóstico que hace Bruno Savignani, entrenador del San Pablo Burgos, respecto al choque de esta tarde dominical ante el Monbus Obradoiro a partir de las 19 horas.
Sin duda, el técnico brasileño está dejando su sello en el equipo y en la categoría. Tomó las riendas del Betis el pasado curso en una situación muy complicada, cuando el plantel deambulaba. Acabó clasificándolo para el play off y cayó en la eliminatoria previa a la final a cuatro, ante el Estudiantes, en el quinto encuentro.
El San Pablo Burgos lo eligió para liderar un nuevo proyecto en busca del ansiado retorno a la ACB, y acertó. Configuró un plantel que funciona como un reloj desde el primer día y que solo ha perdido un encuentro esta temporada.
Cuando llegó a la competición el pasado curso era un desconocido para la afición española. Pero aterrizó con un bagaje de mucho pedigrí, después de haber trabajado como ayudante al lado de entrenadores de la talla de Asa Petrovic, Jasmin Repesa, Luca Bianchi o El Oveja Sergio Hernández, entre otros.
En una reciente entrevista en el portal de Internet Solo Básquet explicaba por qué aceptó la oferta del Betis, en unas circunstancias complicadas y en un momento inesperado para él. Vio la primera oportunidad de acercarse a la ACB, «la liga más importante después de la NBA» y de poder trabajar en un contexto en el que hay «una gran cultura de baloncesto».
Ese salto a la ACB puede darlo este curso con el San Pablo Burgos, y ve al proyecto bien encarrilado pero sin lanzar las campanas al vuelo. Apunta las claves de esa buena trayectoria: «Hemos conseguido poner en la mentalidad del equipo el chip de que cada partido vale lo mismo. Jugar contra el segundo, jugar contra el Estudiantes en Madrid, o en Morón, que es el último, vale lo mismo. Hay que estar siempre duros, preparados. Intento que el equipo entrene con la máxima intensidad posible, tener un equipo equilibrado. Tenemos ganas, sabemos lo difícil que va a ser. Vale poco lo hecho hasta ahora. Solo saber que está en el camino justo y es competitivo».
Química en el vestuario
También apela a la química en el vestuario: «Hay un grupo de buenos jugadores que son también buenas personas, que han entendido lo que tenemos que hacer en el día a día. Si seguimos así, ojalá que sea suficiente. Mejor directo. Play off y final four no es sencillo. Hay que ir semana a semana y partido a partido».
Ese es el sello de Savignani que se encontrará el Obradoiro en el Coliseum, el de un equipo duro que nunca se va de los partidos, que acaba desplegando el talento a partir de una buena defensa y que tiene colmillo para morder a poco que el rival le conceda un resquicio. Un equipo que solo ha perdido un partido esta temporada. No le resultará fácil al colectivo de Félix Alonso dar con el antídoto para neutralizar el efecto Savignani en la ciudad del Cid, para doblegar «al mejor equipo de los últimos años en la categoría», a juicio del técnico leonés.
El brillo de Corbalán, las sumas de Gudmundsson y Cremo
El San Pablo Burgos acertó en verano en la confección del proyecto. Buscó dos jugadores con pedigrí ACB, que venían de hacer buenos números en la Liga Endesa: Dani Díez y el pívot húngaro Goloman. Los dos están rindiendo a un buen nivel, pero son las piezas del perímetro las que están marcando el paso.
Ahí emerge con fuerza el base escolta argentino Gonzalo Corbalán, que atraviesa un gran momento de forma. Llegó para el filial, en la EBA, en el 2021. Ahora, con solo 22 años, ya es motor de arrastre en el primer equipo.
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Bruno Savignani habla del jugador, en la entrevista en Solo Básquet, en los siguientes términos: «Es una gran sorpresa, no solo a nivel de baloncesto. Ya se notaba que cada año daba un paso adelante. Más que nada, como persona, es una gran persona, un chico muy ilusionado, con ganas de mejorar, que trabaja muy serio. Hemos conectado muy bien y eso facilita. Tiene mucha conciencia de dónde quiere llegar y hay que trabajar para lograrlo. Cada partido está más sólido y más preparado, con mucha mejor lectura del pick and roll, de toma de decisión, cuándo tirar o romper para atacar pintura. Es muy completo».
También destaca que dedica mucho tiempo a mejorar su tiro de larga distancia. En ese flanco, el técnico subraya que la mecánica, y le está insistiendo en un aspecto: «Hay que tirar cuando crees que tienes que tirar y no cuando el otro quiere que tú tires». Considera clave buscar «tiros de calidad por la toma de decisión».
Hay otro nombre propio que no atrae tanto los focos y que está rindiendo a un nivel muy alto, el islandés Gudmundsson, que la pasada campaña fue compañero de Brad Davison en Alicante. Es el que acumula más minutos de juego. Tampoco suena mucho Joe Cremo, el alero que cambió Tizona por San Pablo y suma sin hacer ruido. Los tres están tirando con muy buenos porcentajes.
O el letón Stumbris, al que Félix Alonso definió como «pegamento» del conjunto burgalés por su predisposición a fajarse en todas las batallas.
Como indicaba el técnico leonés al analizar al rival, antes de emprender viaje, la clave es el equipo. El San Pablo Burgos reúne buenas individualidades, pero todas están al servicio del grupo. Así se explica que solo lleve una derrota, que no haya tenido un solo mal día compitiendo, porque las responsabilidades están muy repartidas y siempre acaba encontrando la fórmula.