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Llegamos al parón con el equipo muy lejos de sus objetivos: con un partido menos, a nueve victorias de Burgos, a cuatro de la quinta plaza o a cinco y básquet average de evitar un cruce contra Betis o Palencia.
Sobre la caótica configuración de la plantilla, que con tanto escolta parecía una división de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, se han ido poniendo parches. El problema, por caros que hayan sido, es que los colores se parecen, pero no coinciden. Brodziansky y Balvin, que cada uno por separado puede valer 20, juntos no suman 40. Vlado, defendido por un cuatro, tiene ventaja jugando de espaldas, pero eso obliga a alejar a Balvin del aro. Frente a Burgos, además de las ayudas y fintas de los defensores exteriores, su cinco congestionaba la zona y concedía a Balvin tiros de cinco metros.
Quintela y Micovic (este con minutos al tres) parecen haber perdido «su espacio» en la cancha. Davison sí se benefició contra Valladolid y Cartagena (muy obligados a cerrarse en defensa por su desventaja física), pero contra Burgos volvió a conocer la gran diferencia entre ocupar el espacio libre y chocar para hacérselo.
Combinar quintetos en los que el todo sea más que la suma individual es la tarea que tiene por delante Félix Alonso. No se lo veo fácil, pero, por eso, él está entrenando y yo escribiendo. En beneficio de todos, entren y salgan rápidamente, no obstruyan las puertas.