
Ve al equipo en una buena línea en defensa, admite que a veces abusa del bote en ataque y advierte de que la categoría es muy traicionera
14 mar 2025 . Actualizado a las 13:53 h.El Monbus Obradoiro visita el Pazo Paco Paz para afrontar el derbi de la Primera FEB ante el Aircargobooking Ourense a las 20 horas (TVG 2 y LaLiga+). El ambiente y la rivalidad están garantizados, con la presencia de más de quinientos seguidores santiagueses que arroparán al equipo de Félix Alonso desde la grada.
Antes de afrontar la contienda, el técnico leonés desgranó los mandamientos de su catecismo para afrontar este encuentro sin perder de vista el crecimiento del equipo en la fase decisiva de la temporada, inmerso ya en el último tercio de la liga.
Hay un argumento que tiene siempre muy presente: la categoría es muy traicionera, nunca pierde de vista aquello de que no hay enemigo pequeño. Recordó las dificultades del Estudiantes para ganar la pasada jornada en Castellón, en un partido en el que los locales tuvieron una posesión para empatar en el último minuto. También puso el ejemplo del COB, que viene de caer claramente en la pista del colista, Morón, pero que una semana antes puso las cosas muy difíciles al propio Estudiantes en el Pazo Paco Paz.
Al hilo de la derrota ourensana en Morón de la Frontera, recordó un episodio de la pasada campaña, cuando era entrenador del propio COB. Después de caer por 50 puntos en Burgos presentó la dimisión, que no fue aceptada. En la jornada siguiente, en casa, el equipo doblegó al Alicante, que venía de ganar siete de sus últimos nueve compromisos.
En ese contexto de las dificultades que entraña la Primera FEB encuadra otro de sus mandamientos: no perder la perspectiva. Asume el potencial del Obradoiro: «Tenemos a Balvin, a Brodziansky, hemos fichado a Barcello, tenemos a Faggiano, más lo que ya había. Pues entiendo que las expectativas se terminen por disparar». Pero subraya que una cosa es disponer de un plantel de muchos quilates y otra pensar que el equipo «tiene que ganar por veinte en el primer cuarto». Avisa sobre ese exceso: «Vamos a tener que sufrir como condenados cada partido que juguemos».
Esos son los mandamientos que tienen más que ver con la filosofía. Al poner el foco en el juego, empieza por significar la defensa, y ahí es dónde ve una mayor evolución del grupo. «Hemos pasado de ser la decimosexta defensa en puntos por posesión de la liga a ser la séptima. Esto hasta hace dos jornadas, no he visto las dos últimas», indica. Apuntó otro dato: en los últimos cinco partidos los rivales acabaron por debajo de su media de anotación.
Al analizar el ataque, fue preguntado respecto a si el Obradoiro se encomienda más a las individualidades que al juego colectivo, a si está faltando algo de fluidez en la circulación de balón. Acepta el argumento, pero con algún matiz: «A veces puede dar la sensación de que en momentos determinado algún jugador abusa del bote, que es cierto, y que nos falta un poco de terminar de engranar todas las piezas y que cada uno entienda cómo tenemos que jugar, y que seamos capaces de ver que no dependemos única y exclusivamente de un solo jugador. Probablemente eso nos ha pasado un poco en los dos últimos partidos».
Pero, al propio tiempo, al diseccionar el partido ante el Menorca, pone sobre la mesa un dato que habla de la solidaridad a la hora de compartir el balón: «Acabamos con 21 asistencias».
Su resumen es claro: «Creo que no nos encontramos ni en el extremo de decir que colectivamente estamos jugando de maravilla, no lo estamos haciendo, ni tampoco estamos viviendo única y exclusivamente del talento individual».