
Llegaron al Obradoiro y al Estudiantes a finales de febrero y ya son jugadores de jerarquía en ambos equipos
16 mar 2025 . Actualizado a las 18:04 h.El partido del sábado en Sar se presenta repleto de alicientes. Entre ellos, el duelo de dos jugadores que fueron de los determinantes la pasada campaña en la categoría y que en verano optaron por probar suerte en otra competición: Alex Barcello, en la Bundesliga; Joaquín Rodríguez, en la ACB. Los dos retornaron el mismo día, un 25 de febrero, uno al Monbus Obradoiro, el otro al Movistar Estudiantes, ambos con el mismo propósito, darle un impulso a sus respectivos equipos en la lucha por el ascenso. Y aunque han pasado apenas tres semanas, pueden hacer suyo aquello de que los últimos serán los primeros. El impacto ha sido inmediato y son ya dos jugadores con mucho peso específico en sus colectivos.
Este fin de semana es una muestra. Los dos asumieron galones en sus respectivos compromisos, fueron los que más minutos estuvieron sobre la pista y los que más desatascaron.
Barcello fue el jugador más valorado de la contienda, con treinta créditos. Anotó 21 puntos, repartió cinco asistencias, capturó un rebote y recibió ocho faltas personales.
Lo que no recogen las estadísticas es que parte de esa producción anotadora llegó cuando el equipo estaba por detrás en el primer cuarto y el COB amenazaba con estirarse. Y que comandó las operaciones en los últimos ataques. Regaló un pase de oro a Balvin con empate a 72 y trianguló con Brodziansky en el siguiente ataque, en el que Davison clavó el triple definitivo.
El escolta uruguayo no estaba disponiendo de los minutos que esperaba en la ACB, en las filas del Zaragoza, y aceptó una cesión al Estudiantes hasta final de temporada.

Ante el Palencia firmó el mejor expediente, con diferencia: 37 créditos de valoración, 33 puntos, cuatro rebotes, cinco asistencias y seis faltas recibidas.
Además, sus minutos de más influencia llegaron en el segundo cuarto, cuando peor lo pasaba su equipo ante un rival lanzado en plena remontada. En ese tramo firmó la perfección en el lanzamiento: dos canastas dobles, dos triples y cuatro tiros libres sin fallo.
También apareció en los compases finales, con un triple desde la esquina que frenó el último intento de remontada del Palencia en el WiZink Center.