El arte de la guerra

Miguel Gómez EL ESCÁNER

ANDAR MIUDIÑO

Sandra Alonso

29 mar 2025 . Actualizado a las 00:57 h.

Parecía imposible que Castelló pudiese competirle la victoria al Obradoiro y lo era. Sentenciaba Sun Tzu en El Arte de la Guerra, «si mandas refuerzos a todas partes, serás débil en todas partes». Castellón era débil en todas partes y optó por no mandar refuerzos a ninguna. Hizo daño Brodziansky al poste jugando de 4 y mató a Ngom desde 6,75 jugando de 5. Enseguida la ventaja se disparó a diez puntos en el primer cuarto, a veinte en el segundo, siempre dando la sensación de que Castelló había sacado la bandera blanca antes del salto inicial. No puedes encajar 48 puntos e irte al vestuario habiendo cometido solo cinco faltas.

Salió el Obra rápido del vestuario para tratar de recuperar en el calentamiento la tensión que había perdido al final del segundo cuarto. Tardó bastante más Castellón.

Después de un intercambio de canastas, anotó Brodziansky otro triple. Llevaba 17 puntos. Stutz miró al banquillo y preguntó: ¿Mete? Se lo tomaron un poco más en serio. Broziansky y Davison se desquiciaron con los árbitros y Castelló encontró una vía de anotación en Tate atacando a Quintela o a Nacho. Consiguieron acercarse a nueve puntos, pero el Obradoiro va sobrado de recursos. Sin Vlado, sin Brad, sin encontrar a Balvin, llegaron los puntos de Barcello y Álvaro Muñoz. Mediado el último cuarto, la ventaja superaba de nuevo los veinte puntos. Quedaba tiempo para ver a Stevic hacer su segundo mate o, quién nos lo iba a decir, a Okouo meter un triple (y fallar el segundo). El resto del partido se jugaba ya en la cancha de Tizona.