Gonzalo Rodríguez, ex entrenador del Obradoiro: «Borraría el momento en que se va José Luis Mateo y el de mi cese»

ANDAR MIUDIÑO

El técnico santiagués abre una nueva etapa en el Córdoba
25 jun 2025 . Actualizado a las 00:06 h.Gonzalo Rodríguez Palmeiro (Compostela, 1975) es obradoirista de cuna. Jugó en el equipo, fue ayudante de Moncho Fernández durante catorce campañas y cogió su testigo para hacerse cargo del colectivo como primer entrenador. Esta última etapa no salió como esperaba y ahora afronta nuevos desafíos. Ha llegado a un acuerdo con el Córdoba, uno de los clubes emergentes en la Segunda FEB.
—Después de tanto tiempo en Sar, ¿cuáles son las sensaciones?
—Pues si a los años que estuve en el banquillo como entrenador asistente y luego brevemente como primer entrenador, le suma los que estuve como jugador y todo el tiempo de atrás como espectador... Es toda una vida ligada al club de mi ciudad, pero la vida es cambio y todo tiene un principio y un final, y ya está. Ha tocado un final diferente a cómo yo me hubiera imaginado, las cosas pasan y ya está, sin más.
—¿Es como volver a empezar?
—Sí, totalmente. Es volver a empezar. Pero volver a empezar sumando todas las experiencias anteriores. Por tanto, es un volver a empezar relativo. Pero sí, es coger un proyecto muy ilusionante, construir, poder jugar de una forma que quiero y hacer las cosas de una manera que creo que es la correcta y la adecuada, de construir un equipo, de gestionar un equipo y de entrenar un equipo
—Recala en un club joven pero emergente.
— Sí, yo creo que sí. Ellos tienen la idea clara de por dónde tienen que ir, de cómo hacen las cosas. Lo que me han transmitido, hasta ahora, primero fue un interés muy grande en que me uniera a su proyecto, y todo lo que puedo conocer de ellos, todo lo que me han transmitido es que es un club organizado y que tiene dos cosas que están muy bien combinadas juntas, que son ambición y humildad. Es una combinación que funciona siempre, pero tienen que ir juntas, tienen que ir de la mano.
—¿Le han planteado una meta deportiva, hay un listón para franquear?
—Seguir creciendo. Ahora mismo hay dos jugadores con contrato del año pasado y estamos construyendo el equipo prácticamente desde cero. La idea es crecer, hacer las cosas bien, con inteligencia, trabajar con paciencia. Todos sabemos que es un deporte en el que mandan los resultados, pero el objetivo es avanzar y mejorar.
—Tuvo otras opciones. Entre ellas, la de ir a Grecia con Xanthopoulos, que ahora es entrenador.
—Sí, así es. Pero en Córdoba entraron muy fuertes, muy decididos. Y me convencieron. Estoy muy contento.
—¿Está metabolizada por su parte la pasada campaña en el Obradoiro?
— Como experiencia deportiva, sí. Como experiencia personal, no, estoy todavía muy dolido.
—¿Con qué se queda?
—Pues me quedo con que durante muchos años pude formar parte, con mis compañeros, de una manera de hacer las cosas, una manera de construir un equipo, una manera de jugar en equipo con la que me identifico. Yo sigo pensando que la fortaleza de los equipos es el colectivo, que el trabajo de unión y de colaboración y de compañerismo, tanto por parte del cuerpo técnico como de la gente que trabaja en el club, como por los jugadores, es clave. Y estoy muy orgulloso de todo lo que fue el proyecto del Obradoiro, hasta que se decidió que cosas que habían funcionado, durante muchísimos años, pues había que dejar de hacerlas, simplemente.
—¿Qué borraría?
—El momento en el que se va José Luis Mateo y el de mi cese, desde mi punto de vista, muy injusto.
«La verdad es que es muy diferente de cuando me fui a Archena»
No será la primera experiencia de Gonzalo Rodríguez lejos de Compostela. Pero ya ha llovido desde entonces, y las circunstancias son distintas.
—¿Se ve cómo el Gonzalo que hace casi veinte años estaba en Archena?
—Bueno, es diferente. Lo que tiene en común es que voy a un sitio que hace mucho calor. Eso seguro. Pero como entrenador soy diferente, como persona, obviamente, también he evolucionado. No, no es un volver a empezar en ese sentido. La verdad es que es muy diferente de cuando me fui a Archena. Aparte del calor, tiene en común pues que es una aventura en la que mi familia se quedará aquí, en Santiago, y yo iré solo. En ese sentido va a ser más duro que la primera vez que me fui.
—Es que fueron quince años en casa. Y la familia ha crecido. Esa parte siempre debe ser la más complicada de gestionar cuando uno decide ser entrenador profesional.
— Sí, hay veces en que las ocasiones facilitan que la familia viaje junta y otras pues no. En nuestro caso, en esta ocasión lo vamos a hacer así.
—¿Cómo trasladan esta situación a sus hijas? ¿Lo entienden?
—Lo estamos trabajando.
—¿Tiene ya programada la marcha?
—Este fin de semana voy a Córdoba a tomar un primer contacto, a conocer a la gente en persona, a la presentación, etcétera. Y después trabajaré desde aquí, en remoto, gracias a las nuevas tecnologías. Me iré definitivamente en la parte final de agosto, para la pretemporada.