
El colectivo de Epi rompió el partido en el tercer cuarto con un baloncesto muy solidario y pudo disfrutar de la tranquilidad
18 oct 2025 . Actualizado a las 20:38 h.El Monbus Obradoiro pudo disfrutar, al fin, de un partido relativamente cómodo. Doblegó al Melilla, 79-59, tras una primera mitad más igualada y un tercer cuarto en el que se desató. Cabe abrir el debate de la gallina y el huevo, porque no es fácil determinar si defendió mejor porque atacó mejor, o viceversa. En todo caso, dejó al rival por debajo de los sesenta puntos y así las posibilidades de triunfo crecen exponencialmente.
El partido arrancó con Westermann ejerciendo de catedrático. Una asistencia, dos puntos fáciles de Felipe dos Anjos. Un triple. Una canasta en el poste bajo aprovechando su superioridad física. Otra asistencia para Galán. Enfrente, el Melilla jugando con arreones.
Con el carrusel de cambios para administrar fuerzas y sin el base francés en pista los visitantes aprovecharon para acercarse asolo un punto: 14-13. Se volvió a estirar el Obra, con Quintela en su mejor versión de defensa y electricidad. Y llegó la primera polémica arbitral. Con 21-13 un pase que se pierde por línea lateral. El árbitro duda, pero le da la posesión al Melilla. Quedaban tres segundos de posesión y Stilma clavó un triple algo forzado, al límite. Fue el 21-16 con el que se cerró el primer cuarto.
En el segundo, de nuevo con Westermann al volante, el Obradoiro volvió a estirarse ante un Melilla que estaba tirando con malos porcentajes, pero que se iba sosteniendo. La brecha llegó a ser de once puntos, tras otra acción arbitral extraña. Brito anotó en contraataque y el árbitro que estaba más cerca de la jugada señaló antideportiva. Pero al final no hubo tal.
Y justo a continuación Sar volvió a encenderse por una antideportiva a Quintela en mitad de cancha, en la que el escolta estuvo a punto de robar el balón. Como en el primer cuarto, el Melilla lo aprovechó. Sumó cuatro puntos que ponían el 39-32 con el que se llegó al descanso.
Sin completar un partido brillante, el Monbus Obradoiro estaba llevando la iniciativa y, quizás lo que es más importante, no dejaba que el Melilla encontrase sus rachas.
Tras el intermedio el colectivo de Epi encontró el golpe de pedal que le permitió demarrar. Atrás siguió atornillando bien. Delante los puntos llegaban de muchas maneras, con Westermann de nuevo impartiendo cátedra. Sar supo premiar la generosidad de un equipo que buscaba en cada acción la opción más sencilla. Un palmeo de incisivo Etxeguren, un triple de Barrueta, que se reencontró con el acierto, y un dos más uno de Galán ponían la máxima ventaja, 63-38, recortada por Heron en dos puntos para cerrar el tercer cuarto.
El último fue ya intrascendente. Epi pudo administrar los descansos, probó incluso a jugar con solo un pívot y cuatro de perímetro. Y a falta de poco más de un minuto le dio su oportunidad de debutar a Rodrigo Díaz. Kravic, que entró en la convocatoria, no llegó a reestrenarse.
Ficha técnica
Obradoiro 79: Westermann (11), Barcello (6), Barruta (12), Galán (12) y Felipe dos Anjos (17) -cinco inicial-. Andersson (3), Grela, Etxeguren (2), Brito (9), Quintela (7) y Rodrigo Díaz.
Melilla 59: Córdoba (7), García (6), Heron (18), Stumbris (8) y Poirier (9) -cinco inicial-. Goodspower, Peno, Krutous, Debaut, C. Díaz (4) y Stilma (7).
Parciales en cada cuarto: 21-16, 18-16, 24-9 y 16-18.