Último cartucho

FÁTIMA FRIEIRO

AROUSA

AREOSO | O |

19 sep 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

A ESTAS alturas parece imposible alcanzar un consenso que permita la paz en Euskadi. Yo soy de esas que ya ha perdido la esperanza y la fe en un pueblo que todavía no sabe qué quiere ni por qué lo quiere. ETA lleva en pie casi 50 años y no ha conseguido nada porque, realmente, no sabe ni a dónde se dirige. Desde el Gobierno y el Estado de derecho se ha intentado de todo, y nuestra arma más válida es el diálogo. Soy de las que piensan que hay que agotar hasta el último cartucho para evitar que los terroristas sigan matando. También pienso que si Sabino Arana levantara la cabeza se sorprendería enormemente de a qué extremos han llegado sus locas teorías. Tengo una amiga de Donostia y, cuando le pregunto cómo es la vida en Euskadi, me responde que normal. No obstante, vive en un edificio que tiene un agujero de bala en el portal y su madre ha decidido que no vaya a una universidad vasca porque «pueden poner una bomba». Pero es normal. Su vecino de enfrente trafica con armas para «la banda», pero es tan normal como que tu vecino de al lado sea fontanero. ETA lleva años construyendo ese mundo «de normalidad», encerrada en sí misma y, lo que es peor, atormentando a aquellos a los que nos importan muy poco sus infundadas y estúpidas teorías.