Desde Carnota hasta O Grove

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA

AROUSA

Reportaje | La senda de los faros La Autoridad Portuaria de Vilagarcía propone nueve puntos de luz para crear la más ambiciosa ruta litoral de la comunidad, apadrinada por Portos de Galicia

08 jun 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

?a idea es tan sencilla como ambiciosa: la costa más transitada de la vieja Europa está plagada de faros, ¿por qué no unirlos mediante una senda que aporte un valor añadido a la mera señalización marítima¿ Las cinco autoridades portuarias de la comunidad, apadrinadas por Portos de Galicia, han puesto manos a la obra. Vilagarcía, cuyas competencias en la materia se extienden desde Carnota hasta O Grove, aporta siete faros y dos balizas singulares. Bajando desde el norte al sur, la primera parada se sitúa en el faro de Punta Insua, en Carnota. Su primera luz llegó el 25 de octubre de 19121. A un paso, en el municipio de Muros, surge el faro de Monte Louro, que preside un paisaje de excepcional belleza. Se encendió el 15 de julio de 1862, factor que lo convierte en la segunda señalización más antigua de las que dependen de la capital arousana. Sin dejar Muros se llega al faro Rebordiño, que comenzó a funcionar el 1 de septiembre de 1909. La siguiente parada es realmente especial. Se trata de la baliza de Punta Cabeiro, en Porto do Son. Acaba de cumplir doce años, pues inició su andadura el 18 de febrero de 1997. Pero su carácter singular no se deduce de su inauguración, sino del paraje que domina. Nada menos que el castro de Baroña y la playa del mismo nombre, emblema en su día del nudismo galaico y de aquel colectivo, La cabra tira al monte, que presidía el sociólogo Miguel Cancio. También en Porto do Son está la baliza de Punta Sofocho, en marcha desde el 23 de marzo de 1994, que despide la ría de Muros y Noia para anticipar el mar de Arousa. A partir de Corrubedo El primer emplazamiento arousano es el faro de Corrubedo, uno de los más veteranos. No en vano inició su andadura el 20 de febrero de 1854. El parque natural de las dunas le aporta una prestancia ambiental notable, que se ve reforzada por el siguiente anclaje. Es el faro de Sálvora, en pleno parque nacional de las Illas Atlánticas, hermano trillizo de las luces de Cíes y Ons, cuya trayectoria atiende a dos lanzamientos. El primero tuvo lugar el 19 de octubre de 1853. Es, por lo tanto, el más antiguo. El segundo, el actual, funciona desde el 5 de diciembre de 1921. Quedan todavía dos hitos. El faro de la isla de Rúa, perteneciente, como Sálvora, al concello de Ribeira, ilumina la ría desde el 18 de marzo de 1869. Y Punta Cabalo, en A Illa, hace lo propio desde el 19 de octubre de 1853, el mismo día en que Sálvora vio su primera luz. Las instalaciones isleñas constituyen, precisamente, la avanzadilla del uso lúdico aplicado a la señalización marítima. Sin renunciar a ésta, su función primordial, la Autoridad Portuaria plantea un concurso abierto para decidir de qué forma el faro puede contribuir al atractivo turístico de una ría plagada de luces. En el mejor sentido.