
El parón del consumo amenaza con taponar las ventas de marisco
25 nov 2012 . Actualizado a las 06:55 h.Las Navidades suelen ser tiempos de vuelta a casa, de reencuentros familiares y de cenas y comidas en las que se sirve lo mejor de lo mejor. Engalanar la mesa con buenos ejemplares de centollo, con fuentes de camarón o con una colección de nécoras ha sido, durante años, tradición. Ese empeño por ofrecer una opípara cena en Noche Buena permitía, hace no tanto tiempo, que los mariscos y los pescados gallegos alcanzasen en los mercados precios desorbitados cuya onda benéfica llegaba, también, a quienes se dedican a extraer del mar los tesoros que en él se esconden. Pero este año los mariscadores confían más en los cazadores de sueños de la Lotería Nacional que en que el precio de su trabajo llegue a la altura de Navidades pasadas. Quienes les compran su producto en las lonjas, los depuradores y comercializadores, tampoco confían en el espíritu navideño. «Va a ser una campaña muy triste», sentencian.
La razón de tanto pesimismo no tiene nada que ver con el señor Scrooge ni con sus malos sentimientos hacia estas fechas tan señaladas, si no con la experiencia que mariscadores y comercializadores han ido acumulando durante los últimos meses. El 2011 había sido un mal año para quienes viven del mar, pero el 2012 lo ha superado. Así que no es de extrañar que el patrón mayor de A Illa, Ángel Iglesias, que reconoce que ya las Navidades pasadas fueron malas, afirme con rotundidad que «se alguén me asegurase os prezos do ano pasado, firmaba cos ollos pechados».
Reducción tras reducción
Y es que del año pasado a este, las cosas han cambiado mucho. En concreto, para el sector del marisqueo, han cambiado la mitad: los ingresos han caído el 50 % para los rañeiros en la mayor parte de las lonjas. «Y eso que hay poco producto. Si llega a haber mucho, el batacazo iba a ser aún mayor», explica un comercializador. Es precisamente a los depuradores a los que el sector productor acusa de los malos resultados en lonja. Sin embargo, estos se defienden apelando a una verdad incuestionable: los mercados no tiran. Los consumidores no tienen dinero. Y el marisco no es producto de primera necesidad. Así que los precios están por los suelos para todos. ¿Y en Navidades? Dicen desde el sector de la comercialización que tal vez en los «días grandes» se disparen las cotizaciones, aunque no tanto como venía siendo habitual.
Ya debería haber empezado
«La escala de precios ya tendría que haber empezado, puesto que el estocaje ya tendría que estar en marcha», señala uno de los depuradores consultados. Sin embargo, los precios siguen en mínimos históricos para especies como los bivalvos. Ni siquiera se salva el berberecho: hay muy poco, en Noia, pero el de más calidad no supera los 9 euros. Incluso el centollo sufre la crisis, y eso que «estos días subió un poco, pero sigue a precios impensables otros años».
Los malos augurios que comparten mariscadores y depuradores se sustentan en los delgados bolsillos de los consumidores. Sin sueldo, o con el sueldo recortado, o privados de la paga extra, quienes otros años se regalaban marisco para cenar en Navidades este año se lo pensarán varias veces antes de hacerlo. El mercado no tira, así que los mercados, las grandes superficies y los comercializadores más pequeños son muy cautos a la hora de hacer previsiones. Y cuando las hacen, son barajando siempre precios bajos.
Ante semejante panorama, los depuradores no se arriesgan a hacer grandes compras. «Además hay que tener en cuenta los problemas de liquidez», argumentan desde este sector. Ellos, recuerdan, tienen que pagar semanalmente lo que compran en las lonjas, pero sus clientes tardan bastante más tiempo en abonarles lo que les deben.
Así que, con todos estos factores sobre la mesa, no queda en ella espacio ni para el marisco, ni para la esperanza. «Ojalá las cosas fuesen distintas, sería una buena noticia para todos», dicen los comercializadores. A ver si esa buena nueva llega con la Navidad.