La CIG denuncia incumplimientos de los horarios y persecución a la plantilla de Transportes Ferronoga
AROUSA
Afirman que se siguen incumpliendo normas básicas en una firma ya sancionada por Inspección de Traballo
12 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El sindicato nacionalista CIG quiso sacar ayer a la luz pública el infierno que, según relatan, están atravesando los trabajadores de la empresa Transportes Ferronoga, que tiene su sede social en el domicilio particular de su propietario. El último capítulo de esta historia es el despido de un trabajador, Víctor José Bravo, «por motivos disciplinarios». Ese argumento, dice el propio protagonista, no es más que una fórmula de ajustar cuentas por parte del empresario ante su negativa a abandonar la reivindicación de sus derechos laborales. Meses atrás recibió su carta de despido otro trabajador, Emilio Lago, que logró que su salida de la empresa fuese reconocida como improcedente.
¿Y qué es lo que ocurre en la empresa para que se llegue a estos extremos? Según la CIG y estos dos trabajadores, que ayer comparecieron en rueda de prensa, todos los problemas surgen de las maneras «dictatoriales» del propietario de una firma que se dedica al transporte y que trabaja para empresas como Larsa, Clesa, Cefrico y casi todos los distribuidores que operan en Galicia. Sus trabajadores, señalan desde el sindicato, «practicamente non teñen vacacións», y ni siquiera saben a ciencia cierta cuáles son sus turnos de trabajo. Siempre según su relato, estos los fijaría a discreción el propietario de la empresa, lo que provoca un exceso de horas extra no reconocidas. De ellas llevaban registro los trabajadores a través del disco de sus camiones hasta que el empresario les obligó a retirarlos en determinados momentos.
El impago de dietas, o el hecho de que los trabajadores hayan tenido que adelantar en ocasiones el pago del canon para descargar en los mercados centrales, son otras irregularidades que vendrían a sumarse al hecho de que los conductores tengan que realizar trabajos de carga y descarga, que no le corresponden y para los que no estaban formados, en Larsa, cuyas instalaciones utilizarían los camiones de Transportes Ferronoga como base logística.
Algunas de estas irregularidades han sido penadas ya por Inspección de Traballo, que ha sancionado a la empresa con 4.000 euros. Como cabía esperar, esto no ha sentado nada bien al propietario de la misma, que convocó a los trabajadores a su casa, a una «reunión informal» y les planteó que revocasen al delegado sindical de la CIG.
Según explican desde el sindicato, la situación está muy tensa, desatando lo que desde el sindicato consideran una persecución que será denunciada ante las autoridades laborales.