La necesidad de que un centenar de vecinos del barrio se comprometan con el compostaje para que el proyecto se ponga en marcha probablemente esté en el origen del rumor que ayer se difundió por A Coca: supuestamente, Ravella estaría buscando sesenta firmas para implantar los composteros. El Concello desmintió rotundamente la existencia de esa pretendida campaña. Un malentendido del que, sin embargo, el PP no tardó en hacerse eco. «El desafío de las sesenta firmas es una cacicada antidemorcática», se apresuró a proclamar su portavoz, Tomás Fole, para «sumarse a las múltiples voces que piden la dimisión de Mouriño». «Este gobierno -dijo Fole- es como un pollo sin cabeza, tan perdido que lo único que sabe hacer es atacar y faltarle al respeto a la gente».