Marcos Rodríguez, enfermero en Ucrania: «Lo más duro fue ver los bombardeos a comedores sociales y supermercados»
AROUSA

El profesional arousano relata su experiencia después de once días de estancia en el país eslavo en guerra como instructor de sanidad táctica
01 ene 1970 . Actualizado a las 01:00 h.Marcos Rodríguez es un enfermero vilagarciano que decidió viajar a Ucrania como instructor de sanidad táctica. Rodríguez cuenta con tres años de experiencia militar en el Mando de Operaciones Especiales (MOE) y actualmente trabaja en la unidad de cuidados intensivos pediátricos de Barcelona. Su labor en el país eslavo invadido por Rusia se ha basado en instruir a civiles para que sepan actuar en algunos casos extremos producidos por el uso de armas. Once días le han bastado para comprobar las consecuencias de una guerra.
—¿Cómo llegaste a Ucrania y por qué decidiste ir?
—La decisión de ir a Ucrania vino motivada por el hecho de que uno de los desastres que produce la guerra son las víctimas mortales, tanto directas como indirectas. La principal causa de muerte en una guerra es la hemorragia exanguinante y nosotros como equipo sanitario teníamos la capacidad de instruir a quien hiciese falta en el país en el control de este tipo de heridas. Fuimos con un tiempo limitado. Por eso, una vez en Ucrania teníamos prisa en poder instruir a cuantos más civiles y militares mejor.
—¿Cuál fue la situación o hecho que viste allí que más te impresionó?
— La abnegación y resiliencia de los ucranianos. Nos contaban los locales que tras un bombardeo se apresuraban, por ejemplo si afectaba a una vivienda, a volver a reconstruir los jardines con sus plantas para poder volver a darle color a su ciudad. La humildad de los militares con los que estuvimos, quienes, pese a no tener casi de nada, lo compartían todo con nosotros. Y la inexplicable gratitud de todas y cada una de las personas con las que estuvimos. Por la labor que hacíamos y por la visibilidad que pedían que le diésemos al conflicto.
—¿Qué transmite Ucrania al observar su situación nada más llegar?
—No había estado previamente en Ucrania, pero la frontera está íntegramente militarizada. Vehículos blindados patrullaban las ciudades, las carreteras y múltiples defensas antiaéreas estaban repartidas por todo el país. El transporte público ucraniano no estaba limitado, pero los autobuses circulan de noche con las luces internas apagadas y los trenes de pasajeros toman las mismas medidas. También hay numerosos check points con militares y maquinaria bélica a lo largo de autopistas y carreteras, y un toque de queda desde la puesta del sol hasta el amanecer.

—¿Cómo fue tu relación con los ucranianos?
—Excelente, llena de respeto y admiración mutua. Desde la llegada a Leópolis y el desplazamiento en tren a Járkov, hasta la aproximación con los militares al frente a 90 kilómetros de la frontera con Rusia. Personas agradecidas, comprometidas con nuestra ayuda en forma de enseñanza, resilientes al extremo y con una gran voluntad de vencer.
—¿Cuál fue el momento más duro que viviste allí?
—Los bombardeos de los comedores sociales, supermercados y edificios de gobierno de Járkov. La estructura social y política de la ciudad. Un mes más tarde de nuestro desplazamiento por Ucrania en tren, bombardearon las vías por las que habíamos transitado junto con el resto de pasaje.
—A pesar de la guerra, ¿recuerdas momentos emotivos en tu estancia?
—Recuerdo la expresión facial del miedo al horror de la guerra vivida y el hermanamiento que mostraban entre ellos.
—¿Viste u ocurrió algo que te llamara especialmente la atención?
—Estando en Járkov, desplazándonos en un coche militar, impactaron dos misiles a unos 500 metros de donde estábamos. Una de las noches del hospital vimos a través de las ventanas de la habitación destellos de bombardeos cercanos. Por suerte no se escuchaban estruendos ni notábamos vibración alguna, lo que indicaba que eran muy lejos.
—¿Es realmente tan grande el choque de realidad en comparación con España?
— Comparando los dos países, Ucrania y España son muy similares en extensión de territorio y en población, por lo menos antes del inicio de la guerra. Analizar un país en guerra con respecto a España es comparar un estado de miedo, muerte e incertidumbre con libertad, derechos y seguridad. Toque de queda, alertas de bombardeo en tiempo real, racionamiento, canal de internet con los avisos de ataques en directo, escolarización parada y miedo, mucho miedo.