Un autobús escolar tarda cuarenta minutos en cubrir dos kilómetros: «Los niños ni tienen tiempo para comer»

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

El instituto de Carril quiere eliminar las clases de la tarde para evitar el calvario que padecen varios de sus alumnos; las líneas de transporte se lo impiden

21 oct 2023 . Actualizado a las 20:52 h.

Desde hace siete años, la comunidad educativa del IES O Carril, en Vilagarcía, tiene claro que las dos horas de clase que cada martes se imparten por la tarde deben ser distribuidas durante el resto de la semana lectiva para aplicar un horario de jornada continua. Así lo ratificó el consello escolar en su momento. Desde el punto de vista institucional no existe ningún problema, ya que la Consellería de Cultura, Educación, Formación Profesional e Universidades no ve ningún inconveniente. Sin embargo, frente a este proceso ha surgido un obstáculo que puede parecer sorprendente, pero nadie ha sido capaz de superar: la empresa que opera el transporte escolar, Pereira, hoy propiedad de Benito Abalo, asegura que su contrato no le permite habilitar los vehículos necesarios para reconfigurar el servicio de acuerdo con los cambios horarios que requeriría la solicitud del instituto.

Existen varias razones por las que el centro quiere erradicar esa sesión de tarde. La conciliación familiar, la constatación de un incremento del absentismo en ese tramo y el menor rendimiento de los chavales en una jornada que se va a las ocho horas figuran entre sus argumentos. Pero también el calvario al que se ven sometidos varios de los alumnos que necesitan el transporte escolar para acudir a clase.

Desde este curso, Carril cuenta con un nuevo colegio para el que es referencia, A Escardia. Y, con él, niños procedentes del centro de Vilagarcía y de núcleos como A Torre. «De esto nos avisaron prácticamente al límite de la matrícula —asegura Patricia Santamaría, la madre de un estudiante de once años— y nos está acarreando un enorme problema, porque los niños no tienen tiempo ni siquiera para comer».

El resto de la semana transcurre de forma más o menos llevadera. Pero el martes por la tarde, a fin de acomodar a ese grupo de nuevos alumnos, Pereira optó por unificar dos líneas, de forma que un solo bus acude a San Xosé, As Pías, A Caldihuela, tres puntos diferentes de Guillán, A Torre y A Escardia. Como resultado, un trayecto que apenas alcanza los dos kilómetros y medio en línea recta se convierte en lo que Patricia denomina con retranca «una ruta turística de cuarenta minutos». Los jóvenes viajeros que se bajan en la última de las paradas «apenas cuentan con veinte minutos para comer antes de coger de nuevo el autobús».

En el instituto hay constancia de que, ante esta situación, algunos padres acuden a comer a Carril con sus hijos. Algo que, por otra parte, también deben hacer los martes los chavales que proceden de Catoira. Su caso todavía es más complicado, ya que el único medio de transporte a su disposición es el autobús regular, que los obliga a llegar al centro media hora antes del momento de la entrada, establecido para las nueve de la mañana, y no abandonarlo hasta media hora después de concluida la jornada, que finaliza a las 14.35 horas. Volver a casa a mediodía cuando hay clase por la tarde les resulta, sencillamente, imposible.

La asociación de madres y padres de alumnos As Briñas respalda el cambio horario y las reclamaciones de las familias afectadas por este interminable recorrido. Hace un mes, la AMPA solicitó a la consellería una reunión en la que estuviesen presentes los responsables de Pereira. Sucede que hay más agentes que deberían intervenir y apuntan a una solución aun más compleja. Así, Educación explica que, por ser esta una línea integrada, el transporte es, en realidad, competencia de la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade.