José Manuel Vázquez, director técnico del Náutico O Muíño, asistente en los Juegos de París

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

José Manuel Vázquez, segundo por la izquierda, junto a Melo Costa y los canoístas Manuel Fontán, izquierda, y Martín Jácome, derecha, tras su reciente plata mundial sub 23 en C2 500
José Manuel Vázquez, segundo por la izquierda, junto a Melo Costa y los canoístas Manuel Fontán, izquierda, y Martín Jácome, derecha, tras su reciente plata mundial sub 23 en C2 500 RFEP

El entrenador de Ribadumia formará parte del cuerpo de apoyo a los técnicos del equipo español de piragüismo esprint

26 jul 2024 . Actualizado a las 16:53 h.

La comarca de Arousa suma un nuevo nombre en el historial de profesionales que, más allá de sus grandes protagonistas, los deportistas, hacen de los Juegos Olímpicos el mayor espectáculo del mundo. El ribadumiense José Manuel Vázquez Navia, director deportivo del Náutico O Muíño, viajará a mediados de la próxima semana a París en calidad de miembro del cuerpo de personal de apoyo de los técnicos del equipo español de piragüismo esprint llamado a recoger la mayor cosecha de medallas de la historia en una edición olímpica.

¿Cómo ha llegado Vázquez hasta aquí? Los largos años de trabajo del ribadumiense convirtiendo al Náutico O Muíño en uno de los clubes de cantera referentes en Galicia, y la presencia de uno de sus palistas, Manuel Fontán, en la carrera por el C2 500 de París le abrió el pasado otoño las puertas del equipo nacional de canoa dirigido por el tomiñés Melo Costa en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva. «Estou contratado pola Federación Española», cuenta Vázquez, y «en xaneiro fíxose unha preselección de técnicos e persoal de apoio para os Xogos» en la que fue incluido. La clasificación de Pablo Crespo, canoísta del grupo pontevedrés, para París en el C1 1.000 supuso la inclusión final de Melo Costa y José Manuel Vázquez en la expedición del piragüismo esprint español encabezada por los Arévalo, Germade, Portela y Jácome.

El arousano tiene claro que «non é como ir como deportista», pero confía en que la experiencia en sus primeros Juegos, «para axudar no que faga falta», dice, «sexa inesquecible». Su primer cometido será llevar, junto al zamorano Rubén García, compañero del cuerpo de apoyo técnico, las embarcaciones del equipo español por carretera hasta el canal olímpico. Una paliza de más de 1.200 kilómetros. Mucho más que una misa, pero París bien lo vale.