Un albergue de hormigón y madera que mira a la ría desde lo alto de Carril: «La verdad es que la vista es impresionante»

La Voz VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Las principales organizaciones sociales acudieron a la jornada de puertas abiertas en el edificio Andrés Fernández García

11 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La asociación vecinal, la cofradía, representantes del colegio, del festival Ameixa Rock, de AmarCarril, de la sociedad Gato Negro, del colectivo cultural Malveiras... Las principales entidades carrilexas acudieron este jueves, puntuales, a la jornada de puertas abiertas organizada por la Xunta de Galicia para dar a conocer el albergue que acaba de abrir en la localidad. En apenas una semana de funcionamiento, explicaba ayer Xosé Merelles, el director de Turismo de Galicia, ya han pasado ocho peregrinos, tres de ellos de nacionalidad coreana, por el flamante edificio. El dato, señaló Merelles, es de lo más halagüeño.

Durante la visita, un técnico de Turismo de Galicia explicó la filosofía del proyecto. «É un edificio moderno no que, dende o principio, se quixo integrar madeira e formigón», creando un espacio natural. El inmueble se distribuye en una planta baja y dos pisos más, en los que se reparten las dependencias necesarias para dar servicio a hasta una treintena de personas.

«Hai poucos albergues que teñan unhas vistas coma este», señalaba Merelles durante su discurso oficial. Una vecina de Carril apostillaba, dejando vagar su mirada a través de los ventanales del primer piso: «La verdad es que es impresionante». Tras una primera línea de visión ocupada por los tejados de las casas vecinas, el puerto, el mar y Cortegada se dejan acariciar por la mirada.

Iago Carril, el presidente de la asociación de vecinos de esta localidad arousana, reconocía la satisfacción de quienes en ella viven por la apertura del albergue. Algunos, al ver sus acabados en ladrillo visto, lo habían calificado de «enxebre». Otros condensaban su satisfacción por el resultado de la inversión realizada calificando como «moi chulo» el edificio bautizado como Andrés Fernández García. El nombre, que es el del benefactor que cedió a Carril los terrenos en los que se levanta el albergue, fue elegido a propuesta de la asociación vecinal, que pretendía de esa forma dar un merecido homenaje a una persona que «hizo mucho por todo el pueblo». «Ahora, todos los peregrinos que hagan esta ruta sabrán de él», señalaba Iago Carril, quien confía en que el trasiego de caminantes, que ya se nota, vaya en aumento y funcione como un revulsivo para la economía.

La verdad es que sobran los motivos para que los caminantes elijan este albergue para hacer una pausa en su recorrido. Situado en lo alto de Carril, permite asomarse al Parque Nacional das Illas Atlánticas, vivir la experiencia del marisqueo o descubrir los sabores de la gastronomía gallega. Tres cosas para aprovechar la parada antes de continuar el peregrinaje hasta Santiago de Compostela, la ciudad del Apóstol.