La iniciativa de la ANPA tuvo el respaldo de un 70% del alumnado del centro
30 sep 2025 . Actualizado a las 12:44 h.La ANPA del Centro de Educación Especial de Vilagarcía ha cumplido lo anunciado. Ayer dio comienzo la huelga que padres y madres convocaron para protestar por el traslado de la enfermera de este centro al colegio de Ribadumia, circunstancia que ha dejado a 59 alumnos con necesidades especiales —23 de ellos en alerta escolar— huérfanos de este servicio fundamental desde el día 10 de septiembre.
El resultado es que solo el 30 % del alumnado acudió a clase en la jornada del lunes. Un hecho que previsiblemente se repetirá durante los próximos días, dado que, como afirma Concepción Ventoso, presidenta de la asociación, «vamos a continuar con la huelga hasta que se reincorpore la enfermera».
La dirección del centro asegura que mantiene contacto con la Xefatura Territorial da Consellería de Educación y que le han trasladado que ya se encuentran buscando una solución, a través de las bolsas de empleo de Sanidade. El objetivo es encontrar un profesional que pueda cubrir el puesto de la enfermera mientras sigan requiriendo de sus servicios en el colegio de Ribadumia.
«Comprendemos a preocupación da comunidade educativa do CEE de Vilagarcía, pero cómpre trasladar unha mensaxe de tranquilidade, dado que o centro vai seguir contando coa enfermeira a tempo completo», apuntan desde la Consellería de Educación.
La situación se inició el 9 de septiembre, cuando, solo un día después de comenzar el curso académico, la directora del CEE recibió una llamada de la Xefatura Territorial, indicando que la enfermera debería trasladarse al colegio de Ribadumia durante «unos pocos días».
Los días pasaron y están a punto de cumplirse tres semanas sin la enfermera. Período durante el cual los servicios de Emerxencias han tenido que acudir ya en varias ocasiones al centro a asistir a algunos de los estudiantes. «¿A qué están esperando? ¿A que pase algo gordo y no haya vuelta atrás?», se lamenta Ventoso.
El año pasado ya se vivió el mismo problema. En aquella ocasión, la Educación alegó que existía una estudiante del colegio de Ribadumia que necesitaba asistencia permanente. Los padres y madres del CEE entienden esto, pero recuerdan que esa particularidad aplica también a sus hijos: «Tenemos la sensación de que nuestros hijos son considerados siempre de tercera categoría».
Si bien el arreglo del año pasado consistía en que la enfermera dividía su jornada entre los dos colegios, en esta ocasión se encuentra a tiempo completo en Ribadumia, lo que significa que los estudiantes del CEE quedan desatendidos durante toda la mañana, salvo por la presencia de una auxiliar de enfermería, que en cualquier caso, no sustituye la baja acusada. «Las familias nos sentimos indefensas. No nos sentimos seguros mandando a nuestros hijos al colegio», refiere la presidenta de la ANPA.