Los Amigos de Fefiñáns mantienen su oposición a la celebración de macroconciertos, pero aprueban su uso para la mayoría de eventos públicos
06 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Este pasado verano, los conciertos del Albariño trajeron cola. Las quejas de la Asociación de Amigos de Fefiñáns por la celebración de un evento tan multitudinario en la plaza, apuntando que podrían afectar negativamente a un entorno calificado como zona de amortiguamiento, o al propio pazo, Bien de Interés Cultural, causaron enfrentamientos en el seno del gobierno local. Especialmente, entre Tino Cordal (Somos Cambados), concejal de Festexos, quien se mantuvo firme en su voluntad de llevarlos a cabo en la céntrica plaza, y Liso González (BNG), edil de Patrimonio, más conciliador con la posición de la asociación. También despertaron algunas preguntas: ¿qué se puede hacer y qué no se debe en Fefiñáns? ¿Qué actos son potencialmente dañinos para el buque insignia del patrimonio cambadés?
La asociación, asegura su presidente Ernesto Vázquez-Rey, tiene claro que la plaza debe ser un espacio vivo y de uso público. Ve con buenos ojos la mayoría de las actividades que allí se celebran, siempre y cuando se asegure el bienestar del pazo y su entorno. No creen que actuaciones musicales pequeñas, instalaciones artísticas o eventos como el mercado de las flores o la Aldea de Nadal supongan un riesgo. Señalan, eso sí, que hay cuestiones derivadas de estas actividades que son más cuestionables, como la circulación constante de camiones para el montaje de las instalaciones —una de las quejas más repetidas durante el Albariño— y piden que ante cualquier actuación el Concello informe a Patrimonio.
Su mayor preocupación gira en torno a los conciertos más grandes de las fiestas del Albariño, que reúnen en la plaza a miles de personas y producen mucha presión acústica. Las medidas de decibelios tomadas por la asociación durante el concierto de la Panorama el pasado julio arrojaron resultados, en su opinión, demasiado altos —algo con lo que discrepan los técnicos de sonido del Concello—. Una de sus peticiones este año, atendida por el gobierno local, fue el vallado del muro del pazo, para que la gente no pudiese acercarse en exceso. Aún así, denuncian desperfectos en un sector del muro causados, aseguran, por el choque de uno de los camiones que recorrían la plaza durante esos días. Como colofón, advierten de potenciales riesgos para la seguridad de los eventos: «A praza non é unha superficie maciza e por debaixo hai canalizacións. A estrutura non pode resistir enriba o que sexa».
Buscando alternativas
En el Concello no son ajenos a esta problemática, y prueba de ello es que ya se han tomado medidas, como el traslado de la Aldea de Nadal. Procuran, además, que cualquier evento celebrado en la plaza ocupe el entorno el menor tiempo posible. También se están estudiando alternativas a la celebración de los conciertos del Albariño, pero de momento consideran que ningún espacio reúne las condiciones necesarias. Según Cordal, «Fefiñáns é ideal pola súa amplitude e a multitude de saídas das que dispón». El concejal de Festexos asegura que «o Concello quere a Fefiñáns tanto coma a asociación» y que ya toman todas las medidas posibles para su adecuada conservación.
Liso González, por su parte, entiende que los tiempos avanzan y que «hai que ir estudando cambiar os usos dos espazos públicos», motivo por el que están analizando alternativas. Señala, eso sí, que no existen informes que demuestren un mal uso de Fefiñáns por parte del Concello, que «protexe e mima o entorno», y pide a la asociación mesura en sus demanda y acusaciones.