A San Xulián en Arousa se le festeja como en Fin de Año: de etiqueta y comiendo churros

El día no podía ser más propicio. Hacía frío —es de esperar en una mañana de enero—, pero el sol lucía radiante y no había pizca de viento. Si al clima se le suma el hecho de que era domingo, el cóctel para la fiesta de San Xulián en A Illa resultó perfecto. Hacía años que el 7 de enero, día del patrón, no se celebraba de forma tan concurrida. A la hora del vermú, la plaza de O Regueiro era un hervidero de gente vestida de punta en blanco para la ocasión. Y es que la tradición por San Xulián manda rescatar las galas del armario, como se hace en Fin de Año.

Ellas, especialmente las más jóvenes, se pusieron la minifalda, las lentejuelas, los tacones y el maquillaje; ellos sacaron el traje del armario y recurrieron a la corbata y a la pajarita para que la etiqueta fuera completa. De esta guisa arrancó una jornada que se celebró en los bares y en los restaurantes y siguió con un baile por la noche.

Aguas arriba, a orillas del río Ulla, también celebraron ayer San Xulián, en su caso sin tiros largos, pero con igual apetito, de fiesta y de churros. En la Plazuela de Pontecesures se sirvieron cerca de 30.000 unidades que se repartían de forma gratuita y acompañadas de chocolate caliente, lo cual ayudó a caldear el ambiente. La música hizo el resto. Se ve que el invierno le sienta bien a una Festa do Churro que cambió el verano por el día del patrón.

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