Fallece de una insuficiencia cardíaca Javier Babé, el capitán de La Peregrina, a 420 millas de la isla de Guadalupe

La Voz VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

Martina Miser

Se encontró indispuesto a las cuatro de la madrugada, hora local, y falleció a las dos de la tarde; estaba a tres días de llegar al puerto de destino y completar, así, el Reto Astrolabio

30 mar 2024 . Actualizado a las 13:16 h.

Llegan malas noticias del Caribe. A las cuatro de la madrugada de este 29 de marzo, hora local, fallecía a bordo de La Peregrina Javier Babé, el capitán de la nave que tras partir de A Illa y recalar en La Gomera, el pasado 12 de marzo partía de esta rumbo a una pequeña isla del sur del Caribe con el fin atravesar 3.000 millas de océano utilizando solo los medios e instrumentos del siglo XVII. La Peregrina se hallaba, en esa infausta hora, a 420 millas este de isla Guadalupe, a tres jornadas de navegación de llegar a destino. Babé entró en crisis cardíaca, falleciendo a las 14:00 (hora local), a consecuencia de una insuficiencia cardíaca congestiva. Tenía 75 años.

Al producirse la indisposición cardíaca de madrugada, se decidió abandonar el propósito del Reto Astrolabio, y se solicitó ayuda a Salvamento Marítimo, mediante el teléfono satélite del barco. El médico cardiólogo de a bordo, Antonio Grandío, consiguió estabilizar al capitán, que recuperó consciencia, al tiempo que se decidió su evacuación del barco. Poco más tarde se produjo una llamada de un crucero americano, para fijar un punto de encuentro y establecer la evacuación del capitán. Justo en ese momento, se produce el fallecimiento de Javier Babé.

«Xavier acaba de morrer como morreron moitos dos máis grandes navegantes, só que el, que si morreu coma eles, acaba de facelo nun século que lle ofrecía toda a tecnoloxía da que dispón para que el renunciase a ela a fin de poder facer o mesmo que eses grandes mariños, Colón, Elcano, Drake e tantos outros fixeron nos seus días: recorrendo á intelixencia, utilizando o instinto, facendo uso do coñecemento do medio que posuía e facelo acompañado da súa esposa e dos seus amigos», escribió Alfredo Conde, cronista en tierra de esta aventura, en la web creada para seguir las aventuras de La Peregrina. «Non debemos choralo, debemos alegrarnos por telo coñecido e ter sido os seus amigos, por telo visto vivir de acordo cos seus desexos e porque alguén, nestes tempos confusos, puidera vivir a despeito da confusión reinante».