La cofradía de Cambados suma un dron a su lucha contra el furtivismo y los episodios de contaminación

Los drones ya no sorprenden a nadie. Hace unos años, estos vehículos aéreos no tripulados causaban cierta sorpresa cuando salían de las pantallas de televisión y nos los encontrábamos sobrevolando la realidad. Pero a estas alturas, a nadie le sorprende ya un zumbido que llega de las alturas. Los drones se han incorporado con normalidad a muchas actividades: desde tomar imágenes aéreas para series y películas hasta vigilar el crecimiento de las uvas en las viñas. En el mundo del mar también se ha encontrado una aplicación útil para los drones: la vigilancia de bateas y de bancos marisqueros. La cofradía de Cambados está preparando su incorporación al grupo de organizaciones que utilizan esta tecnología: hoy, una decena de trabajadores del pósito finalizarán un curso para pilotar drones STS. Los guardapescas forman parte, claro, de este grupo en formación; aunque ya tenían su título, este precisaba ser adaptado a la nueva normativa europea.

La entrada en vigor de una nueva reglamentación ha provocado que «los pilotos necesiten de una formación actualizada para realizar sus operaciones de vigilancia y custodia». Los guardapescas reciben formación actualizada sobre ese nuevo marco regulatorio, así como sobre la planificación y puesta en marcha de las operaciones aéreas dentro de su ámbito de competencia. Con esta nueva formación, impartida por la empresa Aeromar Drones —especializada en vuelos sobre zonas marítimas y responsable e la seguridad aérea en explotaciones de acuicultura de la ría— la vigilancia de los parques marisqueros se podrá realizar con drones de última generación, que incorporan cámaras térmicas para la lucha contra el furtivismo durante la noche. Hasta ahora, los guardapescas no han utilizado el dron del que ya dispone la cofradía: la zona sobre la que deberá volar incluye áreas de especial protección que exigen tramitaciones complejas. Pero ahora que los pilotos han actualizado su titulación, las intención del pósito es poner en el aire una nueva herramienta.

Pero estos vehículos no solo se van a utilizar para controlar y detectar a mariscadores ilegales. Según explican desde la cofradía, esta tecnología permitirá realizar tareas de control ambiental que permitan detectar puntos de vertido, episodios contaminantes o cualquier otro fenómeno que pueda tener efectos nocivos sobre el medio ambiente.

Excelente experiencia en A Illa

En la cofradía de A Illa de Arousa ya hace algún tiempo que los vigilantes están utilizando drones para otear las autorizaciones e intentar descubrir a los furtivos que en ellas trabajan. El patrón mayor, Juan Rial Millán, fue claro al evaluar este recurso. «Os drons son moi útiles, teñen un efecto disuasorio moi importante; so con poñelos a voar xa conseguen que algunha xente non baixe», argumenta. Claro que en A Illa, en estos momentos, los únicos furtivos que operan son «os dous ou tres de sempre, e a eses dálles igual o dron».

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