Zona Centro ha registrado tres bajas, todas del sector textil. La asociación pide que el cierre de Infantas se limite a los meses de verano
08 mar 2025 . Actualizado a las 11:13 h.La avenida de Vilariño, una de las principales calles comerciales de Cambados, va camino de convertirse en un erial. Los escaparates situados entre el Concello y los semáforos están forrados de carteles de «se alquila» y no es una estampa aislada. En la paralela calle Ourense habían cerrado hace un año cuatro tiendas y un bar y en la calle Pontevedra también hay bajos comerciales vacíos.
La asociación de comerciantes Cambados Zona Centro está acusando esta situación con tres bajas en los últimos meses, todas del ramo textil —el número de socios supera por poco el centenar—. No en vano, las tiendas de ropa y calzado son las que más están sufriendo la competencia que suponen las gigantes del sector como Inditex y las ventas por internet, hasta el punto de que algunos negocios optan por mantener su actividad de forma virtual ahorrándose así el gasto del local.
En estos momentos, los precios de alquiler de un bajo comercial en el casco urbano ronda entre los 600 y 1.200 euros en función de su localización y tamaño, según los datos que maneja Inmobiliaria Juan Rey, cuyo propietario es, además, presidente de Zona Centro. Es pues el interlocutor idóneo a la hora de analizar un problema que, afirma, no es exclusivo de Cambados. Juan Rey constata que hay cierres, pero también interés por alquilar. La gente acude a su oficina preguntando por los precios y las condiciones de locales para montar un gimnasio, centros de estética y belleza y, cada vez más, para reconvertir los bajos en vivienda aprovechando la nueva normativa autonómica y el bum que ha experimentado la vivienda de uso turístico y vacacional.
En cuanto a la repercusión que han tenido y tendrán las peatonalizaciones en las zonas comerciales y de hostelería, Juan Rey se muestra cauto: «As peonalizacións non son boas nin son malas, depende como se fagan». En su opinión la fórmula que ha aplicado el Concello es mejorable y pone sobre la mesa algunas medidas, como aplicarle a los negocios afectados por las peatonalizaciones exenciones fiscales y, en relación con la calle Infantas, que el cierre al tráfico se limite a los meses de julio y agosto.
Hay que cuidar a los empresarios y hay que cuidar a los clientes si se pretende mantener el comercio vivo, y el servicio de aparcamiento juega un papel clave en esta ecuación. El Concello y Zona Centro ponen en marcha este mes una campaña para informar a la población sobre dónde se puede aparcar dentro del casco urbano. Se hace a través de publicaciones en redes sociales y del reparto de dípticos en tiendas en los que se indica la existencia de tres párkings municipales gratuitos en Fefiñáns y Rúa Nova, además del párking de Froiz, la explanada de As Goritas y la fachada marítima. Juan Rey coincide con el concejal de Tráfico, José Ramón Abal, en la necesidad de concienciar a la ciudadanía para que use estos espacios y camine un poco más, «como se fai a Pontevedra, onde ademais hai que pagar por aparcar», apunta el presidente de Zona Centro.
No son las únicas medidas que se adoptan desde el Concello para apoyar al comercio local. Desde la concejalía de Comercio que dirige Tino Cordal trabajan codo con codo con Zona Centro a la hora de organizar eventos y campañas como la que este jueves se presentó en el salón de plenos a propósito del Día de Padre. Los vecinos podrán hacer compras por valor de 30 euros pagando 20 gracias a que el Concello aporta los 10 euros restantes: 6.000 euros que suman al montante económico que el Concello destina cada año para apoyar al comercio y la hostelería. «Facemos todo o que está nas nosas mans, somos un dos concellos da provincia de Pontevedra que máis beneficia ao comercio local», señala el edil, no sin aludir a que las competencias en la materia recaen en la Xunta. Por su parte, desde el partido de la oposición, el PP, señalan al gobierno local como responsable del declive comercial que experimenta la villa.
En Zona Centro sostienen que las ferias de oportunidades y las campañas del Día de la Madre o Navidades funcionan porque el incentivo de los sorteos hace que muchos cambadeses se animen a comprar en el pueblo frente a las ofertas de internet y las grandes cadenas. No obstante, estas iniciativas no están resultando suficientes para sostener a todos los negocios.