La Fiscalía pide sesenta años de cárcel para la trama de Arousa que podía fabricar cuatro narcolanchas al mes
CAMBADOS

Un juzgado de Cambados decreta la apertura de juicio oral contra doce investigados, acusados de contrabando de embarcaciones prohibidas
14 mar 2025 . Actualizado a las 09:35 h.En abril del 2022, el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) y el Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil caían sobre una trama imbricada en diferentes poblaciones de la comarca de O Salnés, cuyas ramificaciones se extendían a Castilla y León, Madrid, Cataluña y Portugal. Denominada operación Munari, aquella investigación, que se desarrolló con el apoyo del Servicio de Vigilancia Aduanera y el Grupo de Respuesta Especial al Crimen Organizado (Greco) del Cuerpo Nacional de Policía en Galicia, acaba de entrar en plena fase de resolución judicial, al decretar el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Cambados, que coordina el proceso, la apertura de la vista oral contra una docena de acusados. Se les atribuye su pertenencia a una organización capaz de fabricar hasta cuatro narcolanchas al mes.
Aunque en su momento envió a ocho de los detenidos a prisión, todos los investigados se encuentran hoy en libertad provisional, situación que la jueza mantiene para ellos, si bien con medidas cautelares. Serán juzgados por la Audiencia Provincial de Pontevedra. En cambio, los cargos contra otros dos implicados han sido sobreseídos, al no mediar acusación alguna.
El escrito de la Fiscalía distingue dos niveles en las imputaciones a los procesados. El delito es el mismo, contrabando de embarcaciones de género prohibido, pero considera que tres de ellos actuaban por medio de personas, entidades y organizaciones, y que poseían una especial facilidad para el movimiento de las narcolanchas. El resto operarían en el seno de la red que fue desmantelada. Además, atribuye a uno de los encausados otro delito por tráfico de drogas que no causan grave daño a la salud, categoría en la que se engloban el hachís y, en general, todos los derivados del cannabis.
Para las tres personas a las que sitúa en la cúspide de este entramado, el ministerio público solicita una pena de siete años de prisión. Reserva la siguiente escala, cinco años y tres meses, para otro de los acusados. Cinco se enfrentarán a una petición de cuatro años y nueve meses; uno lo hará a cuatro años y medio; y los dos restantes se arriesgan a pasar tres años y nueve meses entre rejas. La suma total asciende a sesenta años de cárcel.
El trabajo de investigación, que requirió varios meses de pesquisas, desarticuló por completo la organización asentada en Arousa después de 21 arrestos, el decomiso de una veintena de planeadoras ilegales, destinadas presuntamente al tráfico marítimo de hachís, moldes para su construcción y 27 registros.
España, Portugal, Marruecos y un treintañero al frente de la red
La tesis que condujo al desmantelamiento de la red de fabricación de narcolanchas apunta a un trabajo en cadena que se iniciaría en Galicia. Concretamente, en Cambados, Meis y Meaño, poblaciones en las que se fabricaría el cuerpo central de las embarcaciones. Una vez elaboradas, serían trasladadas a Salamanca, donde se les dotaría de los equipos electrónicos y de comunicaciones imprescindibles para una navegación al matute. Por fin, el último retoque requeriría su transporte a Portugal.
Cinco de los individuos procesados fueron detenidos en Galicia. Entre ellos, Pablo Vázquez, a quien las fuerzas de seguridad sitúan al frente del entramado. Es un hombre relativamente joven —en el momento en el que fue detenido tenía 34 años— y formaría parte de una nueva generación dedicada al negocio en la ría de Arousa, donde tiene asentada su residencia. Un especialista en el trabajo con la fibra de vidrio.
Tres ciudadanos marroquíes fueron arrestados en Madrid, como integrantes de una organización propia, consagrada al tráfico de hachís. Las referencias al país magrebí no constituyen una mera casualidad ni son fruto de una relación eventual. La investigación indica que la trama arousana encontraba su principal bolsa de compradores en Marruecos.