El recuperador aurinegro estrenó profesión en el equipo granate en sus dos últimos años en 2ªB, y le ha seguido prestando sus servicios desde la Clínica Domínguez
06 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Félix Fernández Cao (Ourense, 22 de enero de 1983) es desde el pasado verano el preparador físico y el recuperador del C.D. Ribadumia. Y hasta hace 15 días, también el máximo responsable de trabajar con los lesionados del Pontevedra para acelerar su salida del dique seco sin efectos secundarios. Una labor esta última que ha venido realizando durante los tres últimos años al frente de la unidad de recuperación de la Clínica Domínguez hasta su cierre, y que le ha permitido a Cao mantener conexión con el club en el que se estrenaba como profesional de la materia en el 2008 tras completar una amplia formación académica. Pluriempleo que convierte al ourensano en el agente doble perfecto en la guerra de potencias que Pontevedra y Ribadumia cerrarán el domingo en Pasarón. «Enganchado» al club granate, Cao habla de un 1-2; y de un deseo: ver en acción a dos de los cuatro equipos gallegos en la próxima fase de ascenso. Pasión y lealtad hacia dos bandos enemigos.
Completada su amplia formación académica, Cao aprovechó en el 2008 la oportunidad que le brindó el proyecto de I+D+i firmado entre la Universidade de Vigo y el Pontevedra, destinado a dotar de técnicos profesionales a todas las categorías del club granate. Así se incorporó como readaptador junto a Miguel Alonso (segundo entrenador) y Borja Ropero (preparador físico) al grupo de colaboradores directos de Pablo Alfaro.
De rozar el cielo, al infierno
«Fue una experiencia fantástica. Poder vivir desde dentro la última fase de ascenso a Segunda del Pontevedra». Una campaña de la que Cao guarda su amistad con Alfaro, que intentó llevarse sin suerte al recuperador y a Ropero en su marcha al Recreativo de Huelva -su nuevo equipo solo le dejó desembarcar con Alonso-; y con Pepe Aicart, con el que trabajó a destajo para reducir de 11 a 8 meses la recuperación de su grave lesión de rodilla. Y de rozar la gloria, a vivir una pesadilla.
Finiquitado el acuerdo con la U. de Vigo, previsto para tres años, por decisión de club, Alberto Domínguez, médico granate, logró que Cao continuase en su puesto. Y así vivió en primera línea «un año caótico, con el paso de tres técnicos -Castro Santos, Viadero y Manolo Tomé- y 33 jugadores. El final -con el descenso a Tercera- fue el resultado de las decisiones estratégicas que el club fue tomando a lo largo de la temporada», afirma Cao.
Tras lamentar la falta de continuidad de aquel proyecto y ver cómo «la ansiedad por subir y las idas y venidas institucionales» han venido truncando el regreso del Pontevera a 2ªB, cree que al fin el club cuenta con «un proyecto sensato» para volver a la categoría en la que «debe estar». Un logro en el que, de ser alcanzado, contaría con un pequeño papel, ya que trabajó esta campaña con Pablo Carnero y su pubalgia, y con Fran Fandiño después de ser operado.
Paso por el Celta de Vigo
Después de su experiencia la temporada pasada en las categorías inferiores del Celta, dirigiendo medio año el equipo cadete de Liga Gallega y ejerciendo después de recuperador del filial y parte de la base, Cao recibió una llamada del Ribadumia. Y dijo sí. «Me pareció un proyecto serio, de un equipo que quería crecer, y donde poder aprender de un cuerpo técnico con mucha experiencia».
Hoy no puede estar más encantado. Hasta el punto de aventurar que el Ribadumia se convertirá pronto en un foco de atracción para futbolistas y técnicos por su «responsabilidad» y «las facilidades que da».
El fisioterapeuta atribuye la posición de privilegio del Ribadumia «a la calidad del trabajo de toda la plantilla, desde los jóvenes a los veteranos», además de a contar «con algún jugador que define el trabajo colectivo», en clara alusión a Changui, el pichichi. Tras once jornadas sin perder, Cao es de los que no descarta ya la fase, para lo que sería importante ganar en Pasarón. Su pronóstico, 1-2, con goles de Tubo, Changui y Guimeráns.