Rajoy prevé un Consejo de Ministros extraordinario para frenar el referendo

EFE RIBADUMIA

RIBADUMIA

Martina Miser

Lo convocaría si el Parlamento catalán aprueba el día 16 la ley sobre la consulta

02 ago 2017 . Actualizado a las 23:06 h.

El Gobierno no dará un segundo de respiro a los secesionistas catalanes. Ni siquiera en vacaciones. El presidente Mariano Rajoy lo confirmó ayer en Ribadumia, donde reconoció, en sus primeras declaraciones en el inicio de su descanso estival en esta localidad pontevedresa, que se plantea celebrar un Consejo de Ministros extraordinario el próximo día 16 si, como se prevé, el Parlamento catalán aprueba ese día la ley con la que Carles Puigdemont pretende convocar el referendo del 1 de octubre. «En principio, yo no lo descarto», indicó Rajoy. La próxima reunión de su gabinete está prevista para el día 25, pero ayer reconoció que «no es imposible» que pueda adelantarse en función de los acontecimientos. «No está decidido todavía», añadió.

El Gobierno mantiene en la Moncloa un equipo de guardia para hacer un seguimiento de cada maniobra de la Generalitat. Por su parte, los magistrados del Tribunal Constitucional están localizables durante las vacaciones por si fuera necesaria una reunión de urgencia para atender algún recurso con el que frenar un nuevo paso adelante en el desafío secesionista.

«El Tribunal Constitucional dijo que, en absoluto, se podía en 24 horas aprobar una ley convocando un referendo, eso es un disparate, es inconstitucional», recordó ayer Mariano Rajoy. Y advirtió que «en el Gobierno seguiremos trabajando defendiendo la democracia y la ley, que nos obliga a todos».

Sin embargo, los secesionistas buscan vías alternativas para burlar la suspensión de la reforma del reglamento del Parlamento catalán dictada por el Constitucional. La Mesa del Parlamento catalán ha habilitado la segunda quincena de agosto para la actividad parlamentaria con la intención de convocar un pleno para el día 16 en el que se aprobaría la ley del referéndum registrada por todos los diputados secesionistas el pasado lunes. Junts pel Sí y la CUP se plantean hacerlo recurriendo al artículo 81.3 del reglamento, que no ha sido impugnado, y que permite alterar el orden del día del pleno para introducir un nuevo punto a petición de dos grupos parlamentarios.

En cualquier caso, Rajoy advirtió que el Parlamento catalán no puede aprobar esa ley porque «lo que haría sería cometer una ilegalidad, una más». Por ello, añadió, «nosotros vamos a seguir haciendo lo mismo que hasta ahora, sobre la base de que al final no puede haber un referendo; aquí rige el Estado de derecho, no puede un gobernante jactarse de que va a incumplir la ley».

Exigen el cese de otro alto cargo por su escaso compromiso con la secesión

Las tensiones en el seno del independentismo no cesan. Demòcrates de Catalunya, formación fruto de una escisión de Unió, reclamó ayer el ceso del nuevo director general de Atención a la Familia y Comunidad Educativa, Martí Barberà, al considerar que tiene un «largo recorrido político contra el proceso» soberanista. «Es un error gravísimo incorporar a Martí Barberà en un departamento clave para el referéndum como es Enseñanza», señala en un comunicado el dirigente de Demòcrates Carles Prats. La desconfianza de los independentistas más radicales hacia el compromiso de muchos altos cargos con el desafío secesionista ha provocado ya una crisis en el Gobierno catalán y varios ceses.

El presidente, muy pendiente del reloj en su paseo a orillas del Umia

El presidente del Gobierno vuelve a elegir O Salnés para pasar sus vacaciones y, cómo no, aprovecha para ponerse en forma caminando. «Veintisiete minutos, no está mal», le informaba ayer a José Benito Suárez -su inseparable compañero en los paseos matutinos- al terminar el trayecto en Pontearnelas (Ribadumia). Se ve que Rajoy eligió el trayecto corto en vez de cubrir los siete kilómetros de la Ruta da Pedra e da Auga completa. Siguiendo la costumbre, los periodistas y las cámaras le esperaban al final del camino, en Armenteira, pero el presidente cambió el itinerario y eligió el tramo más llano, al lado del río Umia. 

A los medios los atendió en Pontearnelas, al filo de las nueve y media de la mañana, donde fue interpelado por cuestiones de política nacional e internacional: Cataluña, Venezuela, los datos del paro..., y es que en un puesto como el suyo difícilmente puede desconectar, aunque se esté de vacaciones. «Cuando uno es presidente del Gobierno tiene que estar atento a todos los acontecimientos, todos los días, sobre todo si son importantes», indicó. Por eso tendrá que seguir muy de cerca lo que ocurre con el referendo catalán, no vaya a ser que tenga que interrumpir sus vacaciones para presidir un Consejo de Ministros extraordinario.

De momento, lo que toca es descansar y hacer un poco de turismo visitando un pueblo de cada provincia gallega, según explicó. Y el día 7 volverá a coger el avión rumbo a Palma de Mallorca para asistir al despacho habitual del verano con el rey. De si después regresará a Galicia, no avanzó detalles, pero si lo hace, seguro que volverá a calzarse las zapatillas para recorrer los frondosos senderos de O Salnés, donde suele cruzarse con otros habituales de la ruta y no escatima saludos, tal y como hizo ayer con un grupo de mujeres que, a su paso, se apartaron a un lado del camino.

Las rigideces de la Moncloa quedan para el resto del año. En su tiempo de asueto, sea en verano, Navidades y algún que otro fin de semana, Rajoy prefiere el aire libre y la naturaleza, y casi nunca deja de tomarse un café en un bar de aldea. Ayer cambió el Comercio por el Arnelas y no faltó quien le pidió posar para la foto. Eso sí, rodeado de un fuerte dispositivo de seguridad con agentes de paisano.