Atracan a mano armada el bar Sabores

La Voz

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

El suceso tuvo lugar a las 23.30 del lunes y cuando había un cliente en el interior del local

21 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Sucedió alrededor de las once y media de la noche del lunes, cuando la camarera del bar Sabores, situado en pleno centro de Vilagarcía, en el barrio de San Roque, estaba a punto de bajar la verja para poner el punto y final a la jornada. Quedaba un cliente en el local, que fue testigo en primera línea de lo que allí sucedió. Y lo que sucedió fue que un individuo, con un pasamontañas para que no pudiera ser reconocido, penetró en el local blandiendo unas tijeras en una de sus manos. Dijo la mítica frase de «esto es un atraco» y se fue directo hacia dentro de la barra para hacerse con la recaudación de la máquina registradora. Alrededor de 700 euros, según confirmaba ayer el gerente del local.

Una vez que el individuo puso pies en polvorosa, y la camarera pudo dar la voz de alarma, aparecieron varios efectivos de la policía en el local e iniciaron una batida, con varios vehículos, en busca del atracador, pero no tuvieron éxito.

«Levo cuarenta anos en Vilagarcía e nunca vivín unha situación como a que temos agora», afirma José Sabor, que ha visto como su local ha sufrido tres robos en los últimos meses.

La relación de incidentes parecidos está creciendo de manera exponencial en la ciudad de Vilagarcía y en sus alrededores, pero el hecho de que en este caso fuera un atraco a mano armada, y a una hora en la que todavía puede haber mucha gente por la calle, incrementa la sensación de inseguridad de los hosteleros.

Hasta el momento, la plaga de incidentes habían sucedido básicamente de noche y con los establecimientos cerrados. Es verdad que las molestias y el disgusto son similares, pero la sensación de indefensión ante un atraco a mano armada es mucho mayor. La lista de incidentes no hace otra cosa que crecer.

Hurto en A Illa

Por otro lado, en A Illa también se produjo un hurto en un establecimiento hostelero. Fue en el paseo de O Cantiño, donde uno o varios individuos aprovecharon un despiste de los camareros y se llevó la recaudación de la venta de la lotería nacional.