Jessica Bouzas: «Toca seguir y no pensar en el ránking. Mi expectativa es ir partido a partido»

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

WTA 125 La Bisbal

Primera gallega en alzar un torneo WTA en 13 años, Bouzas acaricia el Top 100 convencida de que el camino del éxito pasa por volcarse en un buen trabajo diario

08 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Jéssica Bouzas Maneiro (Vilagarcía de Arousa, 2002) jugará esta semana el W100 ITF Zaragoza Open. Será el tercer torneo de la nueva temporada sobre tierra batida de la gallega, que el 31 de marzo se alzaba en Antalya, Turquía, con el título del Megasaray Hotels Open, el primer trofeo WTA de su carrera (un 125). Con tres títulos en cuatro finales a lo largo de los dos últimos meses, Bouzas se ha situado a las puertas del Top 100 del tenis mundial. Así ve ella su presente y futuro inmediato.

—Dos semanas antes de jugar en Turquía, tenía que volver a casa tras caer en primera ronda en la previa del WTA 1.000 de Miami. El cambio de calendario la llevó hasta Antalya y su primer título WTA. Parece que en esto del tenis, como todo en la vida, no hay mal que por bien no venga.

—Al final, eso es el tenis. Puedes tener un mal día, hay circunstancias que pueden generar que no tengas las mejores sensaciones o mentalmente no estés como te gustaría estar y, desafortunadamente, en Miami no hice mi mejor partido; no jugué muy bien, la verdad, y volvimos a casa con un poco de mal sabor de boca. Pero llevamos muy buenos resultados y había que seguir trabajando. Sabía que tenía muy poco tiempo para adaptarme a mi primer torneo de tierra, y la verdad es que estoy muy contenta.

—¿Qué le pasó por la cabeza tras el punto que le dio su primer título WTA?

—Cuando estás cerca de la victoria, ves que el resultado se pone un poco de cara, intentas estar concentrada, sobre todo en el punto a punto, porque te pueden venir los nervios, puedes pensar más de la cuenta. Yo, sinceramente, solo pensaba en jugar ese punto, y cuando lo gané, pues fue una sensación increíble, de pura felicidad, y también de decir «esto lo estoy haciendo yo» y creérmelo.

—Durante el torneo de Antalya tuvo que remontar dos de sus cinco partidos tras perder el primer set, y en la final, desempatar en el tercero con una veterana como la rumana Begu, de 33 años y que llegó a ser número 22 del mundo. Este año se le ve una seguridad en sí misma poco común en una jugadora de 21 años. ¿Lo percibe usted también así?

—No es que perciba seguridad como tal. Al final es como que coges un poco el piloto automático cuando encuentras el punto, y vas tirando, vas tirando. Cada jugadora es un mundo y cada partido te pone muchas dificultades y hay que gestionarlas. Obviamente vas con más confianza si ganas muchos más partidos y vas mucho más rodada, por eso digo lo del piloto automático, que si estás perdiendo cada semana y tienes que entrenar más y no haces tantos partidos de competición. Al final es confianza.

—Tres títulos en cuatro finales en los dos últimos meses. El año pasado había ganado un único torneo, un W60. ¿Qué hay tras este acelerón en su carrera, su cambio de entrenador o algo más?

—Mi entrenador me dice que aquí nadie viene, coge una varita mágica y te hace ganar. Yo creo que los entrenadores son una parte fundamental, en acompañar, en ayudarte a crecer, pero, como él mismo dice, es un trabajo en equipo. Que yo esté a gusto, que yo esté tranquila, todo lo que me aporta Róber como entrenador y personalmente, eso es lo que creo que hace que a día de hoy se estén dando los resultados. Es un trabajo común, de poner las mejores intenciones y ganas; todo mi equipo y yo lo estamos haciendo y de ahí los resultados. Sí que es verdad que ha habido un cambio muy grande y se puede notar, estoy súper agradecida con él, pero no todo ha sido color de rosa y hemos tenido que trabajar muchísimo para llegar aquí.

—Número 104 del mundo la semana pasada y, previsiblemente, 102 una vez se actualice hoy el ránking, a solo un paso del Top 100 que se había marcado entre sus objetivos para esta temporada. Con nueve meses de competición todavía por delante, ¿toca reorientar planes, metas, calendario?

—[Ríe]. Toca... toca seguir. Toca seguir y no pensar demasiado. Toca seguir con la misma mentalidad. Yo siempre lo he dicho y siempre lo diré: me gusta ser ambiciosa y siempre voy a querer más, pero no quiero ponerme esa presión de necesito esto, necesito lo otro. Pues a seguir igual. Mi objetivo era estar Top 100, quedan nueve meses, pero bueno, el tenis es así, hay altos, hay bajos… Y sobre todo, hay que estar tranquilos, no acelerarse, no poner expectativas donde no las hay. Al final, las expectativas te las pones tú misma. Las mías son el día a día y el partido a partido. No puedo pensar más allá. Si hace unos meses quizá no me planteaba (entrar en el Top 100 mundial), o era mi objetivo pero no lo veía tan cerca y ahora sí, pues voy a seguir en la misma línea, estar tranquila y seguir haciendo las cosas lo mejor posible. Y a raíz de ahí, que se den los resultados que se tengan que dar y ajustaremos calendario y lo que haga falta.

—Está ya a un paso de entrar directamente en los cuadros finales de los grandes torneos, los WTA 1.000 y «grand slams». ¿Es de suponer que haber ganado un torneo WTA le reportará un cambio de estatus en el circuito y todo lo que lo rodea?

—Cuando subes de ránking tienes más visibilidad. ¿Cambio de estatus? Bueno, yo, la verdad, pienso que siempre es lo mismo. Mi esfuerzo va a seguir siendo el mismo. Mejoraré cosas, pero al final el tenis es esto. De repente ganas un torneo, o un gran torneo como otras jugadoras o jugadores que de repente se meten en un ránking que quizá no se esperaban y su estatus sube más, vale. ¿Qué diferencia hay, si sigue siendo el mismo jugador que una semana atrás? Yo sigo, a nivel personal, siendo la misma jugadora que hace cuatro meses, la que estaba perdiendo en primera ronda de un WTA 125 (en Camberra, antes de jugar la previa del Open de Australia) que la que ahora lo está ganando. A nivel tenístico y mental, obviamente, estoy evolucionando y creo que eso se nota, es cuestión de evolucionar, madurar y seguir creciendo.

—¿Qué cambia entonces el haber alcanzado este nuevo hito en su carrera?

—Pues realmente cambia que he ganado mi primer WTA 125, el mejor título de mi carrera, que tengo el mejor ránking de mi carrera y que tengo más ganas que nunca de seguir avanzando, creciendo y sumando mucho más. En el overview de mi perfil de WTA se han añadido dos cositas más, ese es el único cambio que hay.

«Sería increíble poder estar en los Juegos, pero si no, no pasa nada y a seguir trabajando»

Es la de la tenista una carrera de fondo, y muy cara. Por ello, Bouzas valora cada apoyo, cada nuevo éxito y no piensa en futuribles como disputar los Juegos, por muy cerca que puedan parecer.

—Sus últimas victorias le habrán aportado un colchón económico para encarar mayores retos. ¿Se ve cerca ya de poder pensar en una larga carrera con los recursos que ello requiere? ¿Alguna gran marca ha llamado ya a su puerta?

—Es cierto que cuando vas jugando torneos más grandes la bolsa de premios es mayor, pero soy una jugadora que no juega por el dinero, para nada. De hecho, no tengo ni idea de lo que he ganado con el WTA; no tengo ni idea de lo que gano si paso dos rondas. Yo juego porque es mi pasión y me gusta. Obviamente, al final también es mi trabajo y es lo que me da para poder seguir compitiendo. El tenis es un deporte muy caro, con muchísimas exigencias. Nosotros tenemos que pagárnoslo absolutamente todo, y aunque haya tenido muchas victorias este año, muchas han sido ITF (el circuito que sirve de trampolín a los torneos WTA) y no dan tanto dinero como pueden dar los WTA o torneos más grandes. Todo parece que va de cara y que he ganado muchísimo dinero, o eso es lo que se piensa la gente, y tampoco es tan así. Estoy súper agradecida a todas las marcas que me ayudan y a todas las ayudas que tengo, porque si no fuera por ellas no podría competir a este nivel o no podría permitirme tener un equipo bueno e invertir en mi pasión.

—El suyo es el primer título WTA de un tenista gallego en 13 años…

—Me hace especial ilusión. Poder darle esto a Galicia, a mi casa, me alegra muchísimo. Echo muchísimo de menos mi casa, siempre será mi hogar, y me alegra mucho el poder hacer estas cosas y que se le dé mayor visibilidad al tenis en Galicia, que creo que no tiene la visibilidad que igual podría tener. Ojalá que esto pueda generar ilusión entre muchas niñas. Es lo que más me alegra de esto (haber roto la larga sequía sin títulos gallegos).

—Es ahora la quinta mejor jugadora española. ¿Se ve debutando este verano en los Juegos Olímpicos?

—No lo pienso. Obviamente, sería algo increíble. Sería súper afortunada poder estar en los Juegos, pero bueno, yo voy a seguir día a día. No pienso en expectativas ni a largo plazo. Lo que tenga que pasar, pasará, y el trabajo diario dará sus resultados. Esa es la mentalidad que tenemos todo mi equipo y yo. Al final sería increíble poder jugar los Juegos, pero si no, no pasaría absolutamente nada y a seguir trabajando con humildad.