?i tan siquiera las entrañas del parque natural de Corrubedo, con toda su profusión de barreras instaladas para resistir el embate de la marea negra, se han logrado librar del chapapote. Basta un recorrido por la zona para constatar que el fuel se ha adueñado de un trecho de la laguna de Carregal, una de las joyas más preciadas de la corona biológica de Galicia -no en vano, el parque está propuesto para formar parte del programa europeo Red Natura 2000-.? Hasta la fecha, el grueso de las actividades de limpieza se han efectuado en las dos playas que separan el océano Atlántico de las lagunas de Carregal y Vixán, es decir, los arenales de A Ladeira y O Vilar, donde la presencia del fuel está más que constatada. Se pueden contar por miles los militares y voluntarios que han recogido allí chapapote desde que éste hizo acto de aparición por primera vez, el pasado 2 diciembre. ?Dos días después, las huellas del crudo se hicieron palpables en el propio interior del complejo, después de que aquél sobrepasase las distintas barreras naturales y artificiales colocadas con el fin de blindarlo.?? Fuel en las márgenes? Si bien por aquel entonces, fuentes de Medio Ambiente consultadas quitaron hierro a la cantidad e incidencia del fuel sobre el abanico de especies vegetales y animales que pueblan el paradisíaco lugar, lo cierto es que en el mismo corazón del parque se aprecian hoy capas de chapapote de dos o tres centímetros de grosor. El mismo recubre algunas márgenes del humedal y está en trances de solidificarse. A flor de agua, también es posible ver una capa aceitosa en algunos trechos.? Militares y voluntarios trabajan para erradicar el hidrocarburo depositado en las orillas del río que da acceso a la laguna ayudados por medios mecánicos, fundamentalmente palas excavadoras. Ahora bien, lo que va a ser mucho más difícil es acabar con el crudo que se ha depositado en la marisma, ya que a buena parte de la laguna de Carregal no es posible acceder a pie debido a la espesura de la vegetación.