
En la sesión ordinaria del viernes hubo pocos acuerdos y varios amagos de enfrentamientos entre los concejales
12 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.A trompicones. Así se desarrolló el pleno que reunió a la corporación sonense el viernes y así parece que serán las sesiones que quedan hasta que acabe el mandato. Los amagos de enfrentamientos entre ediles de todos los colores fueron la salsa de un debate en el que no hubo demasiados acuerdos. De hecho, el único punto del orden del día era la aprobación de la conta xeral, y el resto de la sesión se invirtió en la batería de mociones de urgencia que presentó el BNG. Algunas se debatieron y otras las tumbó el gobierno local.
La primera escaramuza verbal de la tarde llegó ya con la aprobación de las actas de sesiones anteriores, aunque al final todo quedó en un mal entendido, la nacionalista Ánxela Franco pidió disculpas por su error y reinó la paz. La siguiente refriega fue a raíz de una moción de apoyo al cerco que el ejecutivo rechazó porque, según dijo el edil Manuel Deán, recogía puntos con los que el sector no está de acuerdo y porque «non imos apoiar unha proposta do Bloque neste sentido». Como respuesta, Xoán León replicó que su moción respondía a las demandas de la comisión sectorial do cerco, «nós só lle damos traslado, se estades en contra estades en contra».
Carretera provincial
Otra moción, presentada también por el BNG pero basada en un escrito presentado por Javier Quiñoy demandando mejoras en la carretera provincial entre Laranga y Olveira, en la que se está ejecutando un proyecto de ampliación, enfrentó a este con Ánxela Franco: «Non terá a vergonza de votar en contra no pleno cando isto o presentou vostede», le espetó Franco al edil del equipo de gobierno, a quien recriminó que en su larga carrera política no gestionara la actuación que ahora se está realizando al tiempo que manifestó su sorpresa por que Quiñoy hubiese presentado el escrito bajo las siglas de IPS y no de AVS: «Xúrolle que xa non sei en que equipo xoga vostede».
Quiñoy por su parte insistió en que él no llevó el asunto a pleno, «eu fun pola vía que tiña que ir», y afirmó que lo que se pide en el escrito «é unha necesidade dos veciños, non política». La moción se aprobó con los votos en contra del PP y de Deán, compañero de filas de Quiñoy.
En este punto, Asunción Torres también se enfrentó al alcalde porque este no le dejó explicar el sentido de su voto: «¿Acaso hai que renderlle pleitesía?», le dijo.
Donde, por fin, sí hubo acuerdo unánime, fue en el compromiso del Concello de poner los medios para intentar ampliar el servicio de psicopedagogía. También se aprobó el registro del dominio .gal para el Ayuntamiento, y la conta xeral del 2013, a la que la oposición mostró su rechazo por los 35 informes negativos de intervención que la acompañan.