los integrantes de la comunidad de Louro, cuyo presidente es Miguel Prado, llevan a cabo, durante la temporada de alto riesgo de incendios, trabajos de vigilancia para evitar que el fuego acabe con sus montes. Miguel Prado señala que la inversión económica propia efectuada en el último año no fue elevada, menos de diez mil euros, pero recalca que los comuneros llevan a cabo muchos trabajos que, de encargarse a una empresa privada, supondrían miles de euros de desembolso: «Nosotros realizamos los desbroces, también nos encargamos de abrir zanjas de seguridad. Disponemos de un coche y de un tractor propios».
Explica que en la zona de Monte Louro tienen bastantes dificultades porque parte del terreno de la comunidad está integrado en la Red Natura y cualquier tipo de actuación está muy controlada. De hecho, explica que tienen mil castaños para plantar, procedentes de un semillero propio, pero que carecen de una guía que exige la Xunta en los espacios protegidos y, por lo tanto, no pueden poblarlos.