Pulpo a precio de marisco en el mercado

BARBANZA

MARCOS CREO

La cotización del cefalópodo no deja de subir. En la lonja de Lira llega a los 12,50 euros y en la plaza se vende a 14 y 15

12 ago 2017 . Actualizado a las 08:27 h.

Solo un pulpo había ayer a media mañana en la decena de puestos de pescado del mercado de Ribeira. No es que la elevada demanda hubiese agotado las existencias, es que nunca llegó a los mostradores porque, con las elevadas cotizaciones que alcanza en lonja, los placeros dicen que ni se atreven a comprarlo. En este momento, el cefalópodo está a precio de mariscos como la navaja o algunas variedades de almeja y sale poco más barato que el kilo de percebe pequeño, que en algún punto de venta podía adquirirse por 20 euros.

El coste del kilogramo de este solitario octópodo, un ejemplar grande al que, por cierto, le faltaba algún tentáculo, era de 14 euros. A su lado había unas navajas a 15 y a 14, también tenía la dura competencia de la almeja japónica, a 12 euros el kilo, y de la roja, a 13. Es cierto que la nécora estaba un poco más cara, a unos 25 euros, pero, como apuntó una clienta, «tamén é nécora».

Una placera afirmaba que «non vale a pena pagar tanto», a lo que la pescantina del puesto de al lado, Mónica Luna, añadía: «A ese prezo é imposible collelo». Más explícita fue Balbina Triñanes: «A xente pídeo, pero non me atrevo a collelo. O marisco ten saída, os clientes de fóra mércano aínda que estea caro. O polbo é outra cousa, igual colles varios quilos e non lle das saída nin á metade, ¿e logo que fas?».

Situación similar

Da igual a que lonja se vaya, el pulpo está caro en todas y no baja de 6,10 euros. El récord lo marca Lira, donde, al igual que en Porto do Son, la cotización es semanal, con un valor máximo de 12,50. Una trabajadora de esta cofradía carnotana afirma: «Eu levo 22 anos poxando e nunca vin estes prezos». Esta profesional añade: «Hai moitísima demanda, os conxeladores dos maioristas están baleiros». La búsqueda del pulpo también tiene otra consecuencia: el aumento del número de compradores en las rulas. En la de Lira, por ejemplo, se ha pasado de los tres que venían habitualmente a siete.

En Muros, un trabajador de la lonja explica que la subida se debe a que «fallou o polbo de Marrocos», al tiempo que precisa que «agora ata ten saída o pequeno, dun quilo ou pouco máis, para fresco».

El problema es que la cantidad de cefalópodo que llega a tierra es pequeña, cada barco no consigue capturar más de veinte kilos y cada vez es mayor el número de los profesionales que se dedican a otra actividad. Como el naseiro ribeirense Francisco Fernández, quien apunta: «Sete barcos de Ribeira cambiamos de oficio».

«Gústame, pero máis de 6 euros non dou, non estou de antollo» 

La llegada de veraneantes se nota nada más entrar en el mercado de Ribeira, en el que hay una actividad inusual, con clientes que se agolpan, principalmente, en los puestos de pescado. La actividad de los vendedores es intensa para atender la demanda, pero nadie se fija en el pulpo y algunos afirman que hay muchos otros productos entre los que elegir.

Entre los clientes, un par de vecinas de Ribeira. Una de ellas, muy habladora, aunque prefiere no dar su nombre, asegura que le gusta mucho el pulpo y que era compradora habitual, «pero máis de 6 euros non dou, non estou de antollo».

Esta ciudadana manifiesta: «O polbo está no mar, pero non sae porque non hai revoltura na auga. Cando haxa algo de movemento sairá».

Son muchos los naseiros que comparten la opinión de esta mujer y afirman que, en otoño, si vienen los temporales, el cefalópodo acabará apareciendo y, con el aumento de la oferta, los precios bajarán un poco.

Escasez de producto

Sin embargo, otros profesionales afirman que hay poco producto, que el año pasado se cogió mucho porque los barcos prácticamente no dejaron de trabajar, ya que casi no hubo días de mal tiempo que obligasen a la flota a amarrar, y que el octópodo escasea.

Fueron muchos los naseiros que, acabada la veda, afirmaron que habría capturas decentes para un par de semanas, como mucho, y sus predicciones se han visto cumplidas. Por eso, como afirmaba ayer una placera, se da la paradoja de que «o polbo está moi caro, na lonxa págase entre 9 e 12 euros, pero se un barco só chega con 10 ou 15 quilos a terra non compensa collelo, porque non gañan o suficiente para cubrir os gastos».