
Alrededor de una decena de médicos residentes ya se forman cada año en el servicio de urgencias del centro asistencial de Oleiros, y el interés va en aumento
10 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Un mes de trabajo en el hospital de Barbanza vale por todo un año en cualquier otro. Al menos en lo que a formación se refiere. Defienden esta idea la mayoría de los médicos internos residentes -mir-que pasan por el centro asistencial de Oleiros para completar sus estudios. Llegan desde otros más grandes, como el Clínico de Santiago de Compostela o el Chuac de A Coruña y se ponen el fonendo al cuello sabiendo que aquí aprenderán a un rimo vertiginoso. Y es que al ser un complejo sanitario comarcal y más pequeño, el trabajo se lleva de otra manera, los profesionales son una piña y el acceso al paciente, muy diferente. Eso es lo que recalcan quienes aquí se forman en rotaciones de uno o dos meses, dependiendo de cada caso. Siempre en el servicio de urgencias.
El interés de los mires por ampliar en Barbanza su formación va en aumento. Un convenio firmado con la USC en el 2005 fue el punto de partida. Desde entonces varios estudiantes de cuarto, quinto y sexto curso de la Facultad de Medicina comenzaron a hacer aquí prácticas, si bien el número ha ido creciendo con el paso del tiempo, y desde el 2010 comenzaron a sumarse los médicos residentes. Tal y como han informado fuentes del servicio de urgencias, a lo largo del 2017 llegaron ocho profesionales, dos del CHUS y seis del Chuac. Se trata de residentes de Medicina Familiar y Comunitaria. La intención de la dirección del centro es que la formación vaya más allá de las rotaciones de un mes o dos, por lo que ya se están realizando los trámites pertinentes.
Respuesta del Ministerio
Las mismas fuentes aseguran que precisamente el año pasado se solicitó a la responsable de la unidad docente de Medicina Familiar y Comunitaria de Santiago la acreditación del hospital de Barbanza para la formación de residentes. Se espera que la respuesta del Ministerio de Sanidad llegue en los próximos meses. De conseguirse, podrían completar su formación en la comarca facultativos de otros servicios, como Medicina Interna u hospitalización a domicilio.
El objetivo parece ahora mucho más cerca. Hace varios años que la dirección del centro tomó la iniciativa de elaborar un informe para demostrar que las instalaciones tienen los recursos y el personal adecuado para dar una atención de calidad a los mires.
«Fueron mis compañeros mayores los que me hablaron de las ventajas de formarme aquí»
Carmen Correa, residente de cuarto año de Medicina Familiar y Comunitaria
Cuenta un dicho popular que cuando te gusta la labor que haces, no trabajas ni un solo día de tu vida. El entusiasmo con el que Carmen Correa se pone cada día la bata de médica es contagioso. En la actualidad es residente de cuarto año de Medicina Familiar y Comunitaria, después de haber estudiado en la Universidade de Santiago. Hace unos días que se despidió de sus compañeros del servicio de urgencias del hospital de Barbanza, con quienes estuvo trabajando codo con codo durante un período de rotación que completó su formación. Ya ha vuelto a la consulta del centro de salud de Culleredo en la que sigue aprendiendo, pero asegura que la experiencia en el complejo asistencial de Oleiros no pudo ser más positiva.
-¿Cómo se interesó en completar su formación en el servicio de urgencias del hospital barbanzano?
-Fueron mis compañeros, médicos residentes más mayores, los que me hablaron de las ventajas de formarme aquí. Me dijeron que era muy interesante rotar en un hospital comarcal como el de Barbanza y no lo dudé, ya que además tengo familia en A Pobra y fue fácil organizarme.
-¿Era la primera vez que visitaba las urgencias de este centro comarcal como médico?
-El año pasado ya pude conocer el servicio haciendo turnos. Estuve formándome en el centro de salud pobrense y me permitieron acceder a este servicio también, pero no me dio tiempo a conocerlo en profundidad y me quedé con ganas de más.
-¿Cómo resultó la experiencia?
-Genial. El grupo funciona muy bien y me sentí acogida desde el primer día. Al ser un hospital más pequeño se conocen todos, todo el mundo colabora y sabe lo que tiene que hacer en cada momento. Además, aquí podemos compartir despacho con otras especialidades y creo que así se facilita el trabajo. También pienso que es un centro asistencial muy familiar y que acceder al paciente es mucho más sencillo.
-¿Cuáles son las principales diferencias que encuentra en comparación con un centro asistencial más grande?
-Al ser de A Coruña sí que me di cuenta de algunas carencias, como la falta de algunos especialistas. Por otra parte, si hay un infarto, por ejemplo, tienes que hacer todos los pasos para que el paciente llegue a Santiago, desde la estabilización al traslado. Me parece realmente interesante.
-¿Cuáles son ahora sus planes?
-Dentro de lo que cabe, al acabar la residencia los médicos de familia tenemos suerte porque hay bastantes salidas, ya que puedo trabajar también en urgencias o en el 061, aún así los contratos son bastante precarios. La atención primaria me gusta mucho, porque es real y se conoce muy bien al paciente.