Susana Gómez: «La vela aporta una paz interior que no encontrarás en ninguna otra actividad»

Sergio romero / M. G. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El CINA alcanza los 50 años con la amistad y el trabajo en equipo como estandartes

15 ago 2018 . Actualizado a las 05:10 h.

Con el objetivo de recuperar el ánimo masacrado por la Segunda Guerra Mundial, la resistencia antinazi francesa tomó el archipiélago de Glennans para levantar una escuela de vela que resultaría ser la mejor de las terapias. En los años 60, unos viajeros madrileños quedaron asombrados por su funcionamiento y trajeron la idea a España. Convencidos de que no había mejor lugar que las Rías Baixas para emprender la aventura, en 1968 nació el Centro Internacional de Navegación de Arousa (CINA), una organización que sigue encandilando alumnos 50 años después.

Fascinada por las historias que le confesaba un profesor de su universidad sobre su etapa como monitor del CINA, Susana Gómez decidió probar suerte en la vela. En el verano del 2000, abandonó Madrid en busca de las increíbles experiencias que le había narrado su maestro y se enamoró. Pese a que no pudo asistir durante los siguientes cuatro años, regresó en el 2005 para no volver a irse nunca. Tras haber sido alumna, monitora e integrante de la junta del CINA, desde hace dos años ejerce con mano izquierda la presidencia.

-Acaban de cumplir 50 años. ¿Cual es la clave de un éxito que está perdurando tanto tiempo?

-Los alumnos le llaman el espíritu CINA. Es la amistad, el trabajo en equipo y, sobre todo, el amor común por la vela. Además, estamos aislados y conseguimos desconectar del estrés de la ciudad. También hay momentos duros, pero te lo pasas muy bien.

-Parece que el CINA es algo más que una escuela de vela.

-Desde su fundación, el CINA ha creado infinidad de familias. Personas que han encontrado el amor gracias a la escuela. Buscamos mucho la unión. Que no se hagan grupos y se hable siempre con los mismos, sino que conozcan gente. Y lo conseguimos. Comen juntos, navegan juntos, duermen juntos... Crean vínculos casi familiares. Después, la relación perdura si es entre personas de la misma ciudad.

-¿Cómo le enamoró la vela?

-Entender el viento, las velas... Me resulta fascinante. Cuando aprendes a navegar, ir por la ría, rodeada de mar, acompañada por el sonido de las gaviotas, es una paz interior que difícilmente encontrarás en otra actividad. Puedes estar pasando por un mal momento y se te olvida todo.

-Sin embargo, el campamento está conformado casi exclusivamente por personas de otras comunidades. ¿Cómo se explica la poca afluencia de gallegos?

-La mayoría son de Madrid y no conocen a nadie de por aquí. Lo que más éxito sigue teniendo es el boca-oreja y de ahí que nosotros no lleguemos. Hace años, creamos unas becas mediante las cuales dos boirenses pueden participar en el curso de forma gratuita y la situación ha mejorado en ese aspecto. Hay ya cuatro monitores de la zona.

- Parece que la escuela va viento en popa. ¿Tienen planes ambiciosos para el futuro?

-Cuando llegué, me encontré con un cambio de legislación y un cambio de pantano en Madrid, donde también impartimos cursos. Tuvimos que ajustar cosas y el número de alumnos en Madrid se ha estancado un poco. El objetivo es recuperar la senda y después ya veremos. Boiro funciona muy bien y modificarlo no es una prioridad ahora mismo.

-Visto el éxito de la escuela en Boiro, ¿no se han planteado prorrogar los cursos durante el resto del año?

-Es algo muy complicado. La mayoría no somos de aquí y trabajamos durante el año. Ahora contamos con monitores de la zona, pero un número insuficiente. Quizás más adelante, si crece el número, se podría intentar.

-¿Qué creen que aportan a la ría de Arousa?

-Somos un reclamo más de un lugar precioso. Además, en nuestras respectivas residencias, hablamos maravillas de Boiro, la ría de Arousa y el mundo de la vela.

50 aniversario. El CINA soplará las velas de sus bodas de oro este sábado en el transcurso de unos actos que tendrán como puntos neurálgicos la base de O Chazo, a las 12.00, y la Marina de Cabo de Cruz, a las 13.00 horas.